En coincidencia con la jura del nuevo Ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, el diputado Martín Hourest, presidente del bloque Igualdad Social, presentó una propuesta destinada a establecer una política educativa igualitaria. Al mismo tiempo que advirtió sobre el ascenso a virtual viceministro de Andrés Ibarra, responsable de haber subejecutado el presupuesto de esta cartera en el año 2009.

El presente documento propone algunos puntos de análisis para la construcción de una nueva agenda en materia de Educación para la Ciudad de Buenos Aires. Entendemos que esta discusión es indispensable en nuestra Ciudad y que la política educativa debe ser repensada desde la perspectiva de la igualdad.
 
«Decidimos no incluir la discusión de los salarios docentes en este análisis, en el pensamiento de que la relación salarial de los docentes con el Estado, aunque claramente importante, no es definitoria del éxito de la política educativa», dijo Martín Hourest. «Lo que diferencia una educación igualadora e inclusiva no es la cantidad de paros docentes por ciclo lectivo. La problemática es mucho más compleja y exige del compromiso ineludible del Estado por una parte, y de los trabajadores y la sociedad civil, por otra».
 
La Ciudad de Buenos Aires destina el 1,58% de su Producto Bruto Geográfico a financiar la Política Educativa. Esto significa que, de cada mil pesos generados en el distrito, menos de $16 van a financiar la infraestructura de las escuelas, los sueldos docentes, la política de becas, los subsidios.
 
«Por otra parte, analizando el gasto, se observa una desproporción muy fuerte entre el gasto corriente (principalmente destinado al pago de salarios) y el gasto de capital. La inversión de capital ha sido continuamente postergada en la Ciudad. De esto es fiel testigo el estado edilicio de nuestras escuelas y la inexistente política de construcción de nuevas escuelas», exhortó el legislador del bloque Igualdad Social.
 
La actual administración tomó en 2008 el compromiso de cortar con esta historia de subejecución y desinversión. Ese año se prometió destinar $317 millones al Prog. 20 del Ministerio de Educación “Infraestructura, Mantenimiento y Equipamiento”. Sin embargo, el shock de inversión y eficiencia macrista no se produjo. Según fuera oficialmente informado a la Comisión de Seguimiento y Fiscalización del Fondo de Infraestructura Social, al 27 de agosto de 2009 sólo habían sido terminadas 4 de las 47 obras proyectadas como imprescindibles en 2008 y 11 de las ellas no habían sido siquiera iniciadas.
 
Sin embargo, a pesar de haber tardado casi 2 años en ejecutar poco más del 40% del gasto previsto para 2008, no encontramos replanteos de política por parte del Poder Ejecutivo. El licenciado Andrés Ibarra representa la continuidad de esta ineficiente política educativa de Macri. A pesar del fracaso de su gestión como Subsecretario de Gestión Económico Financiera y Administración de Recursos, hacia fines de diciembre de 2009 fue modificada por Decreto la estructura organizativa del Ministerio de Educación, y fue creado a su medida el cargo de Secretario de Educación. Cabe resaltar que en el plano pedagógico sólo se cuenta con una Subsecretaría y direcciones generales.  
 
  «Así, mientras las construcciones previstas en el Ministerio de Educación se reducen a la mitad en 2010 (en 2009 se preveía realizar construcciones en escuelas por más de $200 millones, el presupuestado para 2010 apenas supera los $100 millones), el funcionario a cargo del área es jerarquizado con una importante ampliación de funciones y aumento de rango», concluyó enfático el diputado Hourest al referirse al flamante secretario Andrés Ibarra.