Según cifras aportadas por la Procuración Penitenciaria de la Nación, el 46,5% de los detenidos en el sistema carcelario reinciden una vez puestos en libertad. Estadística que baja drásticamente a un 15% en los casos de los detenidos que llegan a graduarse en la Universidad de Buenos Aires.
A través del Programa UBA XXII la Universidad de Buenos Aires ofrece a la población alojada en las cárceles federales de la zona metropolitana un instrumento tan esencial como es la educación, y mediante el goce efectivo de este derecho constitucional accesoriamente ha logrado, como objetivo no buscado, brindar una herramientas para que la incorporación de sujetos que han estado en el sistema carcelario sea lo menos conflictiva posible y con mayores posibilidades de inserción social.
De acuerdo al nivel de instrucción educativa, nos encontramos en las cárceles que el 69% alcanza hasta un nivel de instrucción educativa primaria, dentro de este porcentaje el 30% posee primario incompleto y el 39 % ha logrado completar sus estudios en este nivel. Por otro lado, el 16% tiene secundario incompleto y sólo el 7%  logró su finalización. Por último y en menor medida, el nivel terciario/universitario es del 2% y el 6% restante no posee ningún nivel de instrucción.
En cuanto a la participación a los programas educativos, el 55% de la población penitenciaria no participa de ninguno durante el encierro, siendo que, del 45% restante, sólo un 2% recibe educación formal universitaria, el 1% educación de nivel terciario, y el 7% participa de cursos y/o talleres propios de la educación informal. El  35% restante recibe educación formal Polimodal y EGB. A ello, se suma que las trayectorias educativas de los sujetos previas al ingreso al sistema carcelario presentan altos niveles de repitencia, sobreedad y deserción escolar.
Esta investigación no tiene como objetivo demostrar que la educación “cura” al delincuente. Antes bien, pone en crisis este último concepto y también a la idea de enfermo curable del mismo.
El Programa UBA XXII, al momento del inicio de esta investigación tenía 132 egresados de las carreras que se brindan dentro de las cárceles federales. Esta situación produjo un gran cambio dentro de la vida de quienes obtuvieron un título y luego salieron en libertad. De ellos el 15.15% han reincidido en la comisión de nuevos delitos, lo que da como resultado que el 84,85% de los recibidos no volvieron a ser encontrados culpables de cometer nuevos hechos ilícitos. Los que significa que 8 de cada 10 graduados del Programa no han vuelto a ser condenados por una infracción al Código Penal.