El ministro del Interior, Florencio Randazzo, defendió ayer ante los diputados el proyecto de reforma política enviado por el Gobierno nacional al Parlamento la semana pasada. Fue en un plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Hacienda y Justicia que comenzaron, con la visita del funcionario, a estudiar la iniciativa denominada “Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral”.

Randazzo recordó que el proyecto surgió de las reuniones mantenidas con la oposición después de las elecciones del 28 de junio, en el marco del cuestionado diálogo político. “En su gran mayoría, estos puntos surgieron de las reuniones de los partidos políticos”, indicó y resaltó que se busca «prestigiar la política y fortalecer la democracia».

“Este proyecto no abarca todo referente a la reforma del sistema electoral. Eso sería un acto de soberbia. Es un aporte necesario”, señaló el funcionario y agregó que la iniciativa “va a imponer igualdad de oportunidades a todos los partidos y aportará transparencia a la financiación de las campañas electorales”.

Randazzo también respondió a las criticas de la oposición que cuestionan el momento elegido para discutir la reforma y sospechan que la misma formaría parte de una estrategia de Néstor Kirchner para impulsar su proyecto político desde el PJ: «no existe un tiempo bueno para discutir la reforma política y no hay ningún interés subalterno ni mezquindad que haya motivado este debate», opinó.

También desestimó los reclamos de varios sectores opositores para imponer el uso de la boleta única en los comicios: «la boleta única es de imposible aplicación con el actual sistema de partidos», dijo Randazzo e ilustró su punto frente a los medios de comunicación con la exhibición de una gigantesca boleta de un tamaño similar al de una sábana que contenía candidatos de 19 partidos correspondientes a la provincia de Córdoba.

Sin embargo, los distintos bloques que componen la oposición parlamentaria en la Cámara de Diputados mantuvieron sus criticas al proyecto oficial.

Con fuertes términos, las diputadas de Libres del Sur (consideradas aliadas del kirchnerismo) Victoria Donda y Cecilia Merchán, dijeron que “resulta por lo menos incoherente que el mismo gobierno que adelantó las elecciones a su antojo, presentó candidatos truchos ‘testimoniales’, promovió colectoras y listas espejo; pretenda ahora hacernos creer que les preocupa la institucionalidad intentando imponer un proyecto de reforma política sin ningún respaldo de la mayoría de los partidos políticos”.

“Este proyecto de reforma política del Ejecutivo está hecho a la medida de las necesidades del bipartidismo.  Su  punto central se basa en limitar la formación y desarrollo de nuevas expresiones políticas y al mismo tiempo, de sostener las estructuras viciadas y agotadas del PJ y la UCR”, se quejaron las legisladoras que saben que esta norma perjudicaría a su fuerza.

Por su parte, desde la Coalición Cívica, el jefe de diputados de esa bancada, Adrián Pérez, pidió “plazos razonables de debate” y propuso que se incluya la boleta única y la regulación de recursos públicos y de la publicidad oficial.

Al mismo tiempo desmintió dichos de Randazzo: “no condensa los aportes de todos los partidos”.

“Queremos que la reforma incluya la mirada de los distintos bloques” manifestó Pérez en el plenario de comisiones y agregó que “una reforma política debe tender a una elección libre y transparente para la ciudadanía. Hay que terminar con las políticas sociales focalizadas que promueven y habilitan el clientelismo”.

Desde la UCR, el diputado Rubén Lanceta, opinó que «la Reforma Política es inviable, con un sistema clientelar del tipo al que está acostumbrado a llevar adelante el Gobierno, y que hace que quien maneje la clientela maneje el aparato en cualquier esquema».

«El ministro Randazzo mostró un discurso simpático, de buenas intenciones, pero se limitó a escuchar preguntas y no a responderlas», indicó y agregó que «pretenden darle ‘tratamiento express’ y desde ya que no los vamos a acompañar y el gobierno no va a conseguir el quórum, porque esta es una ley no urgente y demasiado importante como para ser sacada en tiempo récord».

El proyecto que el oficialismo pretende aprobar en Diputados antes del 10 de diciembre necesita de la mayoría absoluta de la cámara, esto es 129 diputados, lo cual obliga al kirchnerismo a negociar cambios con sus habituales aliados parlamentarios ya que no cuenta por sus propios medios con esa mayoría.

Esos bloques aliados ya manifestaron su rechazo a una ley que significaría la desaparición de sus partidos, por eso desde el oficialismo estudian la posibilidad de flexibilizar las exigencias para obtener y mantener la personería jurídico-política, y así seducirlos.

Desde la oposición dura, si bien algunos referentes opositores adelantaron que insistirán en su negativa al tratamiento veloz de la iniciativa, también están en conversaciones para consensuar un proyecto alternativo que incluirá la implantación de la boleta única, la creación de un ente autárquico como autoridad de aplicación que se hará cargo del control de los comicios como así también de la distribución de los recursos y la publicidad para los partidos políticos.

 

Fuente: (www.agencianova.com)