La Mella, corriente universitaria de Marea Popular, presentó su balance de las elecciones de la UBA.
A continuación, lo reproducimos en forma íntegra para que cada uno saque sus conclusiones:
Ante las elecciones universitarias
Concluidas las elecciones obligatorias en todas las Facultades y en 12 de los 13 centros de estudiantes, hay mucho por analizar.
En primer lugar podemos afirmar que se trató de un año con un fuerte avance de las fuerzas opositoras en todas sus expresiones, en detrimento de aquellas que venían en la conducción de los centros de estudiantes. Este fenómeno se extendió por toda la universidad donde se registraron 6 elecciones ganadas por opciones de oposición a las conducciones (Exactas, Ingeniería, Medicina, Sociales, Filosofía y Letras y Psicología). Además de los cambios en las conducciones en estas facultades, poco habituales en años de elecciones obligatorias por cierto, en el resto de las facultades también se registraron triunfos más ajustados de las conducciones y el crecimiento de las variantes que planteaban un cambio en los centros.
Más allá de las múltiples particularidades que afectaron a cada Facultad, el elemento del “cambio” no puede ser obviado por su evidente y transversal impacto.
En segundo lugar y como resultado de los comicios, tenemos un nuevo escenario regional que tenemos que caracterizar con justeza. Hace un tiempo venimos observando que el mapa político de la UBA puede dividirse en tres o cuatro grandes bloques:
Franja Morada y aliados (UCR-UNEN a nivel general): Es el espacio de mayor crecimiento en las elecciones 2013. Tras el triunfo en la Facultad de Medicina, logran ponerse a la cabeza de las 3 Facultades más grandes de la Universidad, ahora con la mira puesta en la FUBA y en la próxima elección de Rector.
Kirchnerismo: Han sufrido un nuevo retroceso. Aun partiendo de un piso de comparación bajo, las fuerzas alineadas con el gobierno nacional tuvieron un desempeño electoral entre malo y muy malo en todas las Facultades. No sólo que no dirigen ningún Centro de Estudiantes, sino que han retrocedido nuevamente en su representación en los órganos de cogobierno y en la cantidad de delegados ante la Federación Universitaria de Buenos Aires.
En el campo de la izquierda, podemos decir que el Partido Obrero (FIT) a pesar de la derrota en Medicina, realizó una muy buena elección en la UBA, en buena medida impulsados por la elección del FIT en las primarias del 11 de agosto.
Por el lado de la izquierda independiente, si bien hay elementos positivos como haber participado por primera vez en 10 elecciones simultáneas, haber aumentado nuestra cantidad de delegados ante la Federación, haber ganado las elecciones obligatorias en Psicología y Exactas, haber encabezado la histórica conquista del consejero en Económicas, o el crecimiento registrado en Derecho e Ingeniería; es claro que la derrota en los centros que dirigimos hasta este año inclinan el balance electoral de manera determinante.
Para el frente que conduce la FUBA el resultado es negativo por la dura derrota en Medicina y el avance de fuerzas reaccionarias y privatistas como Nuevo Espacio (Franja Morada). Adicionalmente, si observamos al interior de este frente de izquierdas en un amplio sentido, es claro que este año fue favorable – a diferencia de los años anteriores- a las variantes de la izquierda tradicional representada por el PO-FIT en detrimento de la izquierda independiente. Los cambios en estas conducciones no representan, en el mapa de la uba, un avance sobre la derecha.
¿Un paso atrás? Sólo para tomar más fuerza…
Muchas veces hemos escuchado que las autocríticas “las organizaciones las hacen para adentro” que para fuera siempre hay que destacar los avances y jamás reconocer errores. Construir una nueva izquierda popular y revolucionaria con vocación real de mayorías, requiere sin dudas cambiar este paradigma estéril y autocomplaciente. La crítica es nuestra arma para transformar la realidad, también en esta ocasión.
Desde La Mella y Marea Popular sentimos un enorme orgullo por la batalla desarrollada con total entrega, coherencia y honestidad política, más allá de la diversidad de resultados obtenidos. Pero no somos necios ni tercos, hemos sufrido derrotas que debemos analizar e interpretar.
Estos retrocesos en facultades puntuales (donde perdimos las elecciones por márgenes del 1% y el 2%) no sólo se deben a factores “externos” que efectivamente influyeron, como el escenario nacional después de las PASO, el clima de “cambio” que nos favoreció en algunas elecciones y nos perjudicó donde éramos conducción, la campaña sucia y desleal de nuestros adversarios, etc., sino que también expresan un cierto desgaste después de varios años a la cabeza de esos Centros que nos plantean cuestiones a analizar y corregir.
En el tiempo que lleva La Mella en la Universidad de Buenos Aires hemos sido protagonistas de grandes luchas y gestas del movimiento estudiantil como el rechazo a la CONEAU en Exactas, la lucha por el edificio nuevo y la conquista del comedor universitario en Sociales, la solidaridad con las luchas populares en todo el país y también con los pueblos latinoamericanos y los procesos de cambio que vive el continente, apostando desde los Centros y la FUBA a la organización desde abajo e intentando construir una nueva gremialidad estudiantil. Seguramente no fueron estos los motivos por los cuales muchos estudiantes han elegido otras opciones en estas elecciones.
Nuestra experiencia, nuestros valores y nuestra crítica, serán puestos ahora en función de la organización del movimiento estudiantil para su próximo desafío: la democratización de la universidad y la elección del Rector, donde Hallú y Barbieri -antes aliados ahora rivales- discuten cómo repartirse la UBA.
Nuestra convicción sigue siendo la necesidad de construir una nueva izquierda popular y revolucionaria, que intervenga en el ámbito universitario con el objetivo de reconstruir el movimiento estudiantil como sujeto transformador y disputar la universidad para que aporte al cambio social. Este proyecto sigue en pie.
Pero estas convicciones o nuestro lugar como una de las 3 principales fuerzas estudiantiles de la UBA, nuestra expansión en más facultades o el aumento de nuestra representación en términos de delegados, no deben hacernos perder de vista que los resultados en las Facultades donde estuvimos a la cabeza de los Centros no fueron los esperados. Con humildad y honestidad acusamos recibo de esas votaciones y es nuestra responsabilidad analizar, criticar y revisar, parafraseando a Fidel, todo lo que deba ser revisado. Ese es nuestro compromiso emergente de los resultados electorales de cara al movimiento estudiantil. Nuestras convicciones, sueños y proyectos siguen intactos, aunque ahora también es nuestra tarea revisar, criticar y corregir para relanzar nuestro proyecto de transformación radical de la sociedad en toda la universidad.
La Mella – Presidencia FUBA
con esta autocritica???— vamos el gleyzer nos quedamos con todo el espacio de izquierda independiente… chau mella.. te pasa por tibio y cagon..
Fuera posmodernos
La autocrítica que todos esperábamos. El actor político del momento. Tiemblan los cimientos de la UBA ante el paso para atrás que dio la Mella, ya que la contraofensiva sacudirá las estructuras de la faz de la tierra.
Eligieron mal, les fue mal, el desgaste puede ser un factor, pero nunca comparable a la falta de iniciativa. Además, el recambio dirigencial y la promoción interna de algunos «cuadros» evidentemente les jugó en contra.
Esperamos un gran cierre de año con todos sus militantes en la calle para militar la lista de Camino Popular, y la posterior autocrítica.
JAJAJAJAJAJA
Y la autocritica? chau Mella, ahora vamos a conducir la FUBA nosotros y no nos sacan nunca más.
Oh, FUBA piquetera, que poquito que te queda…
http://www.youtube.com/watch?v=-Bue5HxQAsk
Lo único de «autocrítica» que dicen es «cierto desgaste por ser conducción». El resto es palabrerío. En mi opinión, se quedaron sin objetivos (¿cuáles son los objetivos de la intervención de La Mella en la facultad? los objetivos del PO son claros: ser conducción para llevar las banderas a todas las marchas; La Mella no tiene objetivo), no hicieron nada por superar la «manera Franja» de hacer política (administrando servicios, donde para colmo asumieron su papel de malos patrones), se metieron hasta el cuello en todas las roscas (incluyendo la FUBA, no sé sabe muy bien para qué), etc., etc. Dudo que vayan a hacer una autocrítica sobre estos aspectos.
No hay nada más pedorro que querer esconder una derrota política como la que tuvieron detrás de una análisis que pretende ser más amplio.
No me interesa que hagan pública una autocrítica pero tampoco hagan estas paparuchadas, es como la autocrítica de Ogando. Si realmente creen su autocrítica es preocupante.
El balance escamoteador de Marea Popular
El balance de las elecciones universitarias que presentó con una demora extraordinaria Marea Popular ha sorprendido -pero no precisamente por sus virtudes. En vez de aprovechar la derrota sufrida para poner blanco sobre negro sus propias ideas han elegido el camino del encubrimiento y del escamoteo de los propios resultados y, especialmente, de las causas reales que los explican. Sólo como beneficio de la duda queda por determinar si pretenden engañar al lector o si, en cambio, se engañan a sí mismos. Pero como ocurre en estos casos posiblemente haya un poco de cada cosa.
En el afán escamoteador del que hablábamos Marea Popular descubre que en las elecciones de la UBA estuvo presente un “elemento de cambio”. Este explicaría las derrotas sufridas en todos sus centros ante la izquierda, pero también el que sufrió la izquierda en Medicina contra una coalición peronista-radical. Incluso más, el casi metafísico “elemento de cambio” también explicaría que las conducciones que revalidaron su liderazgo lo hicieran por márgenes más estrechos. Así presentadas las cosas queda claro que se trata, como mínimo, de una gigantesca burrada. El “elemento de cambio” no tendría signo político ni contenido social alguno. Puede beneficiar por igual a la derecha que a la izquierda. El disparate es tan grande que da ganas de pedirles a los graduados de Marea Popular de Sociología y Ciencias Políticas que devuelvan el título. Por ejemplo, al PO el “elemento de cambio” le fue útil en Sociales, Filosofía y Letras, Exactas y Psicología, pero lo perjudicó en Medicina. Y bueno, 4 a 1, ¡viva el “elemento de cambio”! Además, el PO tuvo suerte que el “elemento de cambio” no pasó por Farmacia, donde sacamos el 60% (¿se habrá olvidado?) ni por Veterinaria (¿será porque queda lejos y al “elemento de cambio” no le gusta viajar?). Para mayor vergüenza de los dirigentes de Marea Popular es necesario que se sepa que la “teoría” del “elemento de cambio” la dijo antes que nadie el MST, un partido que como todos saben lo que menos le importa es la teoría. Aparte otra cosa: ¿Desde cuándo a la izquierda que se proclama transformadora la perjudica el “elemento de cambio”? ¿No debiera acaso ser al revés? ¿O la izquierda no se vale de la conducción de un centro (o de lo que fuese) para impulsar “cambios”? (1)
Siempre según Marea Popular “la muy buena elección que el PO realizó en la UBA” no fue motivada sólo por “el elemento de cambio” sino también por el resultado de las PASO de agosto del 2013. Acá, otra vez, se comente un error de fondo ya que no se explica lo que debiera ser explicado (¿o sea no es la función de un balance?): porqué, por ejemplo, para el PO el resultado de las PASO repercutió favorablemente en la UBA y no ocurrió lo mismo con el resultado de Camino Popular con Marea Popular en la Universidad. La pregunta es pertinente pues Marea Popular había calificado como “positivo” su resultado electoral de las PASO. Entonces, una de dos: o el balance de las PASO fue “no positivo”, y eso explica su repercusión negativa en la Universidad (auque deja pendiente reescribir el balance de las PASO), o fue “positivo”, y entonces la derrota sufrida en la UBA obliga a hacer un balance en serio sobre las causas que la motivaron.
Pero es aquí justamente donde el balance flaquea por completo y se entiende porqué: es que Marea Popular quiere por todos los medios evitar pronunciarse sobre los verdaderos debates y polémicas que cruzaron la elección de la UBA y que en realidad la preceden, pues abarca un año completo de polémica política al interior de la conducción de la FUBA. A tal punto llega el ocultamiento de Marea Popular que en su balance afirman de manera sorprendente que “para el bloque que conduce la FUBA el resultado es negativo”. Pero esto equivale a un gigantesca tontería, pues el “bloque que dirige la FUBA” no fue junto a las elecciones (salvo en Ciencias Económicas) sino que se valió de éstas para dirimir diferencias de estrategia y de política fundamentales que vienen siendo planteadas por el PO con mucho énfasis, especialmente desde diciembre del año 2012. ¿O Marea Popular no recuerda que fue el PO quien a fin de año pasado sacó un durísimo volante reclamando un cambio de orientación y de método en la FUBA? ¿Y que por ese motivo suspendimos el Congreso que se iba a realizar a fines de diciembre y lo pasamos para principios de este año, asegurándonos que pueda realizarse en momentos que las facultades estén en pleno funcionamiento?
Es claro que Marea Popular sabe exactamente de lo que estamos hablando, pero ha decidido por motivos de conveniencia presentar un balance falaz que encubre la realidad. Las divergencias que se han desarrollado al interior de la conducción de la FUBA son de máxima importancia para nosotros. Denunciamos una tendencia a la burocratización y a la parálisis, que era consecuencia directa de una orientación de adaptación al kirchnerismo en el plano nacional y a las camarillas universitarias en el plano de la UBA. Sobre eso hemos escrito y mucho. Mostramos como Marea Popular quería fragmentar a la FUBA, transformándola en una base de operaciones para establecer relaciones política-institucionales. En vez de marchas y asambleas, querían entregar plaquetas a funcionarios latinoamericanos, sin pasar siquiera por el debate político en la propia Federación, lo cual suponía la supresión completa del funcionamiento de los órganos que ésta tiene (Junta Representativa y Ejecutiva). En oposición a esta orientación hicimos un Congreso a principios de año y votamos un programa y un plan de lucha, pero Marea Popular se encargó que sabotearlo en la medida de sus posibilidades. Quisieron convertir en papel muerto lo que había sido consecuencia de un debate y una resolución colectiva. Estas divergencias de fondo se plantearon en las elecciones en las facultades de manera acentuada. En Filosofía y Letras apoyando Marea Popular a un sector de la camarilla kirchnerista privatizadora; en Sociales con Marea Popular yendo detrás de candidatos que defiende la tercerización laboral (RT), o con la camarilla que dirige la Sociología, la que a su vez integra la lista única de profesores armada por el kirchnerismo; en Exactas, paralizando al centro mientras hacían propaganda a favor de la “política científica” del gobierno; o en Psicología, yendo detrás de Libres del Sur (sí, la derecha, Prat Gay, etc. etc.) contra el PO y la izquierda. Borrar todo esto de un saque para hablar en nombre del “bloque que dirige la FUBA” es, como mínimo, una maniobra política de corto alcance que busca engañar incautos, pero por sobre todo, borrar el verdadero sentido de la elección, que debe ser entendido como un pronunciamiento categórico del movimiento estudiantil sobre la polémica y la crisis que envuelve a la conducción de la FUBA. La derrota de Marea Popular en los cuatro centros que dirige es la derrota de una orientación política concreta, de su seguidismo al kirchnerismo, a las camarillas universitarias y de su tendencia burocrática en la dirección de los Centros de Estudiantes y de la FUBA.
El balance de Marea Popular es un “no-balance” porque no habla de nada de lo que importa. Para encubrir su retirada gritan “al ladrón al ladrón” para tratar de que la atención se fije sobre otros. Para eso se valen del recurso indecoroso de atacar a otras fuerzas (aunque no las nombran) que hacen “autocríticas para adentro” mientras ellos, se jactan, las hacen “hacia fuera”. ¿Pero cuál es la “autocrítica” de Marea Popular? Ninguna. Sólo dicen de pasada que sufrieron “un desgaste” aunque no dicen qué lo motivó y de que naturaleza es. Son puras excusas para escamotear el verdadero sentido que tuvo el resultado arrojado por las elecciones de la UBA.
Se dice habitualmente que de las derrotas se puede aprender. Pero para eso es necesario ir a la raíz de los problemas. No es, lamentablemente, lo que ha ocurrido en este caso.
Gabriel Solano
(1) En Ingeniería Marea Popular dice que también ocurrió un cambio en la conducción. Es falso. La elección de centro aún no se realizó. Y la de Consejo Directivo reprodujo el resultado de la última elección, dado ganador al MLI y segundos al frente que integra el PO con otras fuerzas. Por lo visto acá el “elemento de cambio” tampoco pasó.
«PRESIDENCIA FUBA»!!!???? NO TENES NI UN CENTRO DE ESTUDIANTES!!!! Retirate con un poquito de dignidad mella, deja de firmar como presidencia de que???? PAYASOS!!!! Autocritiquense…y autodestruyanse…. RIDICULOS