Por Charo M. Ramos

«The Residence», la nueva serie de Netflix, plantea un intrigante misterio: un asesinato durante una cena de estado en la Casa Blanca. La detective Cordelia Cupp, interpretada por Uzo Aduba (recordada por su papel de Ojos Locos en «Orange is the new black»), es la encargada de resolver el caso, adentrándose en una red de secretos, personajes singulares y posibles conspiraciones dentro del palacio presidencial. Cupp es una persona peculiar. Y por peculiar me refiero a que es negra, gorda, ¿lesbiana quizá?, algo desafectada, con una obsesión por las aves y una total aversión a la tecnología.

En esta serie detectivesca, la figura central no es el crimen en sí, sino la investigadora. La destacada actuación de Uzo Aduba como Cordelia Cupp es el principal atractivo, aportando excentricidad e inteligencia a un personaje que mantiene el interés incluso cuando la trama se desvía. Aunque la serie pueda perderse en detalles sobre los pájaros que Cupp observa con sus binoculares, son precisamente estos elementos los que, en mi opinión, la distinguen de otras propuestas policiales disponibles en las plataformas de streaming.

En su intento por mezclar el misterio del «whodunit» (quién fue) con una sátira política light, la serie tropieza un poco. Si bien la ambientación en los pasillos y salones de la Casa Blanca nos da un escenario intrigante y visualmente atractivo, la ejecución a veces se siente forzada. Los personajes, aunque intencionalmente excéntricos, en ocasiones caen en caricaturas predecibles, diluyendo la tensión del misterio con un humor que no siempre aterriza. Y se repite un poco, recapitula de más.

Visualmente, «The Residence» es atractiva y bien producida, como todo lo que sale del útero todo poderoso de Shondaland. El vestuario de Cupp especialmente, pero de todos los personajes es bárbaro. La banda sonora merece una línea aparte, está en Spotify y vale la pena escucharla. Me gustaría que hubiera habido más desarrollo de personajes y menos guiños políticos que, si no estás muy al tanto de la política yanqui, caen en saco roto.

En definitiva, «The Residence» se presenta como un entretenimiento ligero y pasatista, ideal para una maratón sin demasiadas exigencias intelectuales. Y es perfecta para quienes crecimos entre Agatha Christie y Sherlock Holmes. También está buena para ver con adolescentes. Ojalá haya segunda temporada.