Por Charo Márquez
@cafeesamor
Ayer, Cande Tinelli volvió a copar las redes sociales. Esta vez no fue por un tatuaje ni un novio nuevo. La hija del conductor estrella hizo un posteo en Instagram hablando sobre su relación con el cuerpo.
No es una noticia que una influencer cuente una intimidad, pero esta vez, sí amerita la sorpresa. Candelaria, quien hoy cumple 28 años, contó a sus más de 3 millones de seguidoras y seguidores que durante 12 años padeció trastornos alimenticios. Específicamente bulimia y anorexia: “desde los 15 hasta los 27. Pesando 10 kilos menos que hoy. Cinco años sin menstruar. Caída extrema de pelo. Depresión y mal humor.”. No solemos tomar en cuenta la dimensión del padecimiento mental en quienes tienen estas afecciones.
La diseñadora cierra su posteo con un mensaje positivo para sus fans: “no caigan en esto. Instagram muestra cosas irreales, cuerpos que no existen. No se caguen la vida, en serio. Es demasiado hermosa!!!!
Y todas somos hermosas. Con unos kilos de mas, de menos.”
Pero a veces no alcanza con el voluntarismo, por más frases motivadoras que una lee, la idea está ahí, la imagen distorsionada que ves en el espejo, las ganas de parecerte a otra que, probablemente, no sea como se muestra en las fotos o haya alcanzado esos resultados con dietas y ejercicios y a veces intervenciones quirúrgicas de las que no habla con sus seguidorxs, haciendo pasar su cuerpo como algo dado, flacas por naturaleza.
Los medios, por su parte, sumaron su granito de arena al hablar en las notas sobre esto como “su confesión”, cuando sabemos que lo que se confiesa son los crímenes ante la Justicia y los pecados ante un cura. Una persona que se abre al público en lo más íntimo sobre un padecimiento no tiene nada que confesar, comparte, expone, cuenta, hace una apuesta política y estética, le pone el cuerpo a algo en lo que cree.
Las críticas feministas -con cuidado, porque también estamos hablando de una mujer joven que decide exponerse en pos de otras- no tardaron en llegar: la marca de Candelaria vende talles irrisorios para cuerpos más que hegemónicos, fomentando y cristalizando el mensaje que la influencer intenta desarmar. Nos encantaría hacerle llegar un ejemplar de Cuerpos sin patrones (Contrera y Cuello comp.) para el cumpleaños.
Ojalá el posteo de ayer sea un paso en un camino de deconstrucción y abrace a un movimiento que la va a recibir cuando ella esté lista, como mujer, como influencer y también como empresaria.