En una maratónica sesión que comenzó con un atraso de más de cinco horas y terminó un poco antes de la seis de la mañana, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires dio por finalizadas sus actividades del año con una serie de decisiones importantes, entre rosca, aprobaciones y rechazos de proyectos significativos.

Uno de los temas centrales fue la aprobación del Presupuesto 2025. En esta negociación tomaron protagonismo los diputados liberal/libertarios Yamil Santoro y Ramiro Marra, que unieron posturas en pos de un recorte en los gastos del estado porteño. Santoro había sido claro en su postura pre-sesión: «Si no hay una reducción significativa del gasto público y la carga impositiva, no daremos nuestros votos». Sin embargo, tras la sesión, Santoro destacó que se logró un ahorro de $330.000 millones, lo que consideró un éxito para los contribuyentes. «Este presupuesto votado reduce impuestos como el ABL y las patentes, algo que beneficia a todos los porteños», afirmó. Santoro argumentó que, de no haberse votado un nuevo presupuesto, el ajuste por inflación del presupuesto anterior hubiera incrementado aún más la presión fiscal y el gasto público.

En la sesión se aprobó la ampliación del boleto estudiantil, buscando beneficiar a una mayor cantidad de jóvenes en su movilidad escolar. La misma se dio tras una lucha del movimiento estudiantil para mantener este derecho.

Otro proyecto de relevancia fue la reforma del Código Urbanístico. Esta reforma pretende preservar los barrios con edificaciones bajas y trasladar el desarrollo de grandes construcciones a avenidas y corredores, además de incentivar la inversión en el sur de la ciudad. La medida fue vista como un intento de equilibrar el desarrollo urbano, aunque hubo críticas por no incluir todas las modificaciones solicitadas por la oposición.

Uno de los puntos más polémicos de la sesión fue el rechazo al proyecto de «Ficha Limpia», que tenía como objetivo regular la elegibilidad de funcionarios públicos con antecedentes penales. Este rechazo provocó un debate intenso, reflejando las divisiones políticas dentro del recinto y la dificultad para alcanzar los dos tercios necesarios para su aprobación.

Otro punto importante fue la creación del fuero laboral en la Ciudad. También se aprobó una modificación para que el subsidio a las víctimas de la masacre de Cromañón sea vitalicio.