Guillermo Montenegro, ministro de Seguridad y Justicia porteño, aseguró ayer que las pistolas paralizantes Taser X26 (utilizadas para producir una descarga eléctrica sobre una persona), recientemente adquiridas por el gobierno de la Ciudad con el fin de sumarlas al armamento que utilizará la flamante Policía Metropolitana, “no son un elemento de tortura” y reiteró que “no son letales”, aunque sin embargo reconoció que “su mala utilización puede ser letal”, mientras que el Observatorio de Derechos Humanos criticó duramente la medida.