Por Tendencia Anarquista en Educación
Desde la Tendencia Anarquista en Educación bregamos por un centro de estudiantes asambleario, horizontal y orientado a luchar por la transformación social. Para lograr esto, el centro de estudiantes debe ser un lugar en donde los/las estudiantes llevemos adelante nuestras propuestas en forma autoorganizada sin la necesidad de votar ningún tipo de dirección, en coordinación con docentes y no docentes de la Universidad como así también con el resto de los/as estudiantes y trabajadores.
Este cuatrimestre estuvo marcado por la lucha por la educación pública de estudiantes secundarios, terciarios y universitarios. En Sociales las conquistas alcanzadas no fueron el resultado de haber tenido una buena dirigencia o conducción, sino que fueron consecuencia de la discusión entre compañeros/as y la toma de decisiones en asambleas de los pasos a seguir, conformando una unidad en las reivindicaciones y en las medidas.
La forma de organización estudiantil que pregonamos es, entonces, la que tiende a darse, y no casualmente, en los momentos en que los/as estudiantes se lanzan a luchar más resueltamente.
Esto lo pudimos ver en distintas facultades e instituciones educativas. Así vemos como coexistieron de mejor o peor manera las conducciones de los centros con la movilización estudiantil que pone un freno a las prácticas burocráticas, superando los mecanismos usuales de decisión.
Esta forma organizativa demostró el carácter combativo que podemos alcanzar los y las estudiantes y estamos convencidos que debemos profundizar este proceso.
Por eso, hoy llamamos a los y las estudiantes a que tomemos en nuestras manos la construcción de un centro combativo, que funcione en base a asambleas resolutivas y comisiones abiertas.
Es decir, queremos que sean estos espacios en donde se tomen todas las decisiones, permitiendo la participación activa de todos los y las estudiantes en lucha. No queremos la delegación de esta tarea fundamental en unos/as pocos/as, queremos encararla en conjunto, de manera real y con el compromiso de los que quieren defender la herramienta gremial y política de los/as estudiantes.
EL CENTRO EN CONFLICTO O EL CENTRO ELECTORALISTA
Los conflictos de los últimos meses han sido una instancia única para visualizar la potencialidad que tienen los centros de estudiantes como herramientas de lucha para un cambio social. Sin embargo, también hemos vivido, repetidas veces, cómo pasado el conflicto, se vuelve a un centro radicalmente distinto. Cuando se aproximan las elecciones, el centro de estudiantes toma otra dinámica: se impulsan poquísimas discusiones en los cursos, las asambleas no se toman seriamente como instancia para direccionar políticas y resurgen todas las pujas electoralistas entre agrupaciones.
Muchos aspectos de la política que esbozamos para la organización del centro son compartidos por varias agrupaciones de izquierda que también participan de la lógica electoralista que cuestionamos. Compartimos con ellos planes de lucha, marchas, tomas, etc. pero vemos año tras año cómo se desgasta la unidad por una organización demasiado encorsetada en los estereotipos de la democracia representativa. En época de elecciones, y no es casual, termina de resquebrajarse la unidad que alcanzamos en la lucha. Nuestra propuesta va en un sentido de superar esta contradicción y aportar a la lucha.
Tendencias a la burocratización de los centros
UN CENTRO DE SERVICIOS
Muchas veces en los centros de estudiantes se manifiesta, como una de sus funciones casi ineludibles, la persecución de servicios y beneficios al estudiante. Éste es un rasgo que fue profundizado al reconstruir, tras la dictadura, los centros de estudiantes en un contexto de auge del neoliberalismo. Creemos que es una tendencia negativa, en tanto desvía a la organización del movimiento estudiantil de su función fundamental que es ser herramienta de lucha. Distrae, por otra parte, al activo militante en el sostenimiento de una inflada estructura profesionalizada y burocratizada alentando, por ejemplo, la presencia de militantes rentados. Algo que resulta inaceptable es se empleen a estudiantes al servicio de una patronal estudiantil, como sucede con los “becarios” de los locales de los centros de estudiantes.
No es que todos los beneficios ofrecidos como servicios no formen parte de las reivindicaciones que se inscriben en el reclamo presupuestario o de educación pública gratuita (boleto, apuntes, comedor, etc.). Pero resulta ingenuo buscar inflar, como sucede con esta lógica, una estructura que parcha las fisuras del Estado. La organización estudiantil debe luchar por el acceso y permanencia de todos/as los/as que desean estudiar en la Universidad y no debe ocuparse de parchar la miseria presupuestaria. No debemos temer que esto nos quite el apoyo de sectores estudiantiles que sólo le ven sentido al centro de estudiantes como proveedor de apuntes.
Esto trae aparejado que se genere una estructura profesionalizada, en tanto las agrupaciones que ganaron las últimas elecciones y se erigen como conducción del centro de estudiantes, se reservan para ellas una parte de todos los puestos de trabajo. Hoy en Sociales son 19 puestos sobre 65 los que se reservan para sí mismas las agrupaciones que conducen el centro. Esto genera que haya una parte de esas agrupaciones que perciben una renta por estar realizando las tareas adminsitrativas bajo la excusa ilusoria de la necesidad de un “responsable político” y suponen que la responsabilidad política no se puede socializar en una comisión abierta.
UN CENTRO ELECTORALISTA
Las elecciones son un problema para la organización del movimiento estudiantil por ser, para gran parte del estudiantado, el único momento de participación.
La actual dinámica electoralista que atraviesa a casi todo el movimiento estudiantil organizado en centros de estudiantes promueve lógicas que facilitan el habitual grado de desmovilización ya que:
● gran parte de los/as estudiantes se reencuentran con la militancia sólo el mes de las elecciones gracias al esfuerzo que hace el activo para armar frentes con independientes que o bien “abran el centro desde adentro”, o bien se sumen al “partido de la clase”, dependiendo del discurso y/o práctica de cada fuerza.
● semanas antes se abandonan prácticamente todas las luchas y se posponen reuniones de comisiones, asambleas y acciones de espacios de coordinación.
● se da una lógica marketinera que busca sumar a toda costa votos, muchas veces priorizando la propaganda vacía de contenido por sobre las propuestas programáticas. Además, es ésta la noción de “acción política” o incluso de “acción política revolucionaria” que se instala entre los/as estudiantes que no participan activamente de los procesos de lucha.
● se promueve la lógica de “tener un amigo en el centro” que “sabe” o “se dedica todo el año” a esto, y por ende, a la hora de resolver reivindicaciones, se prioriza la delegación a la acción directa.
● se promueve el divisionismo absurdo, la difamación y a veces pelea abierta entre todas las agrupaciones de izquierda, sin discusión programática, atentando contra la unidad necesaria para encarar cualquier medida de lucha.
Todas estas desventajas de los actuales procesos eleccionarios existen per se, más allá de la discusión del tipo de estructura organizativa que se vota para el centro.
En Sociales, la lógica electoralista estuvo presente durante las semanas de toma. Algunas agrupaciones encontraban triunfos donde no los había, tratando de cerrar el proceso saliendo lo más airosos posible; y otras jugaban al desgaste con tal de hacer sucumbir a la conducción de turno. De este modo pasaba a ser secundaria la realización de las reivindicaciones de los y las estudiantes de sociales.
Pese a esto, hoy, el participación directa de los/as estudiantes durante el proceso de lucha ha puesto un freno a algunas de estas lógicas: la comisión antirrepresiva y del comedor siguen organizándose con medidas concretas y seguimos discutiendo en asamblea.
¿Y qué hacemos con los apuntes y bares del centro?
Organizarnos por una universidad gratuita es luchar porque el Estado, el principal expropiador de las riquezas de los trabajadores, sea el que financie un menú estudiantil y apuntes gratuitos e incluso un boleto estudiantil. Debemos luchar, entonces, para recobrar estos derechos del movimiento estudiantil, necesarios para el acceso y permanencia en la universidad. En este sentido, proponemos que los comedores y apuntes sean atendidos por trabajadores no docentes, con pleno goce de sus derechos laborales y con financiamiento estatal en su totalidad.
Nos parece altamente contradictorio, si bregamos por un movimiento estudiantil clasista y combativo, conducir a la militancia a parchar las deficiencias del Estado ofreciendo trabajo precarizado a un puñado de estudiantes.
El centro de estudiantes no puede financiarse explotando a otros estudiantes, sino que puede y debería financiarse con festivales, aportes voluntarios de estudiantes, etc.
Mientras damos la pelea por el financiamiento estatal, entendemos que las decisiones fundamentales de estos espacios (comedor, apuntes y fotocopias) deben ser tomadas por la asamblea y por comisiones abiertas específicas.
¡UNA CONTRADICCIÓN INNECESARIA!
Este contraste, entre lo que parecen dos centros distintos, se debe a la clara contradicción que hay entre organizar un centro de estudiantes electoralista y superar esta forma de organización sólo durante los conflictos.
A continuación haremos un diagnóstico más detallado de los rasgos nocivos al movimiento estudiantil que tienen los centros de estudiantes en períodos de “normalidad”… Sin embargo creemos que en tanto más estudiantes nos sumemos a la lucha, estos períodos de “normalidad” no serán sino cada vez más cortos. La misma lucha nos marcará cómo superar esta contradicción en el día a día para hacer un verdadero aporte a un cambio social revolucionario.
El Centro de Estudiantes, burocratizado y verticalista
La forma actual de funcionamiento de los centros de estudiantes, en circunstancias “normales” o de nula “efervescencia” política, no permite la participación directa de los y las estudiantes, estén estos organizados o no.
Dificulta que el estudiantado tome en sus manos las decisiones que hacen a su paso por la facultad, ya sean tanto cuestionamientos a los planes de estudio, las condiciones de cursada como el sentido mismo de la universidad y su relación con la sociedad.
La participación estudiantil parecería reducirse a ser solamente un grupo de votantes. Y las agrupaciones y partidos autoritarios y vanguardistas (incluso de izquierda) pareciera que asumen que la única forma de generar cambios es desde la posesión del centro de estudiantes en la figura de la conducción del mismo.
No debe menospreciarse, sin embargo, que la burocratización y profesionalización de la militancia es reforzada por la pasividad y desorganización estudiantil. La creencia encarnada en muchos/as estudiantes sobre la necesidad de delegar la lucha en un centro elegido anualmente es la que permite que prosperen los burócratas y sus iniciativas, sobretodo en los órganos de cogobierno en los que participan y toman decisiones sin mandato de base alguno.
Los actuales centros de estudiantes claramente no pueden ser las organizaciones que nucleen al movimiento estudiantil que queremos, ya que se manejan con la lógica de la delegación, de la democracia representativa que todos/as ya conocemos: uno vota a alguna agrupación que se adueñará del centro de estudiantes durante el año; luego los/as estudiantes deben presionar a la conducción para abrir canales de participación, ya que desde la perspectiva de la agrupación ganadora, ya han elegido a los/as representantes que decidirán por ellos.
En todo caso, la conducción contará a cuántas asambleas llamaron ese año para incluirlo en la plataforma electoral del próximo año como garantía de que son más democráticos. Esto legitimando, nuevamente la democracia representativa burguesa. Si no fuera por la constante presión de las agrupaciones que perdieron en la contienda electoral, más el activismo que no apuesta a la vía electoralista, o que simplemente como no agrupados/as no tiene herramientas para participar en la misma, las decisiones las tomarían los/as representantes, la política la decidirían ellos. Si esto no fuera así, no habría que votar listas con programas distintos ya que la política no sería la de la lista ganadora sino la que decidiera el conjunto de los estudiantes mediante asambleas.
El colmo del cinismo se alcanza con el argumento de que hay que votar a la izquierda para no hacer juego a la derecha… Sólo con la lucha se garantiza que la derecha no gane, ya que el centro de estudiantes no es una institución legal a ser respetada, sino una herramienta política para la lucha. En un centro copado por la franja morada, la herramienta de lucha no está de ninguna manera en el centro, sino en el activismo de izquierda que sepa agruparse e interpelar al estudiantado para retomar y democratizar el centro. Todas estas limitaciones son las que hacen que cada vez que hay movilización estudiantil ésta supera al centro. Por su estructura y lógica de funcionamiento éste es incapaz de dar cabida a la participación de los estudiantes; y en contrapartida, aparecen la asamblea y la acción directa como las mejores formas de organizarse y actuar.
En nuestra facultad, observamos como, a pesar de la regularidad de las asambleas, hemos visto como muchas veces éstas, en períodos de baja movilización, han sido utilizadas para desempatar algún posicionamiento que no pudo cerrarse en Comisión Directiva (ejemplo, el posicionamineto sobre la Ley de Medios). Es así como, muchas veces, no es en las asambleas donde se decide qué política llevamos adelante ni cómo encarar y organizar la lucha.
EL CENTRO DE COMPROMISO
Muchas fuerzas, “independientes” pero “de izquierda” en distintos lugares han adoptado un discurso democratizante. Le han atribuido todas las falencias a las agrupaciones de izquierda “tradicional” cuando en estos años mostraron compartir las mismas prácticas que criticaban y propusieron abrir el centro desde que accedieran ellos mismos a la conducción.
Interesante truco electoral que redundó en poco o ningún cambio en estos últimos años. En realidad, la presión de otros/as estudiantes agrupados/as o independientes que trataron de impulsar las luchas del movimiento estudiantil fueron los/as que “abrieron” el centro. Al no poder bajarse del discurso de “apertura del centro” sin perder la próxima elección, dejaron hacer al activo militante, mientras trataban de impulsar una cultura de participación llamativamente desconectada de la acción política. En este contexto fue que comisiones abiertas combativas y las asambleas de estudiantes protagonizaron las luchas más importantes de los últimos años mientras estas conducciones “democratizantes” las miraban en muchos casos de reojo.
El centro de estudiantes debería funcionar en torno a una asamblea general periódica, combinada con el impulso a la lucha de las comisiones abiertas. Las soluciones de compromiso que se han ensayado son sólo un híbrido que día a día nos muestra las tensiones y contradicciones en las que caen las conducciones, celosas de su puesto, al permitir la coexistencia de mecanismos de organización más asamblearios y comisiones directivas trabadas en la burocratización más absurda (cuando el reparto de votos resultó equitativo), o convertidas en organismos de mayoría automática (cuando una fuerza obtuvo más votos) que poco ayudan a impulsar luchas unitarias.
Viviendo en el medio de estas numerosas contradicciones, algunas fuerzas dicen proponer la asamblea como órgano de toma de decisiones… Pero el temario no es discutido o cuando no pueden decidirse algunos temas en la comisión directiva se llama a una asamblea “de apuro”. Incluso, cuando se discuten cuestiones que afectan directamente a sus posiciones, recurren al fetiche de las elecciones burguesas (“A nosotros nos votaron miles”) para justificar que sus decisiones deban primar. Tampoco es raro observar que se haga caso omiso de mociones aprobadas con las cuales no hay acuerdo de parte de alguna tendencia. Y lo que suele ser peor, llevan la contienda electoral al seno de la asamblea, negando la posibilidad de la reflexión conjunta y aprendizaje de los compañeros/as, que es una de las principales ventajas de la democracia directa.
La lucha nos marca el camino: asamblea y acción directa
Los conflictos de los últimos meses han dejado en claro que las luchas que se ganan son aquellas en las que se profundizan las prácticas libertarias. La acción de todos los y las estudiantes autoorganizados, sin intermediarios ni dirigentes es la acción directa. Fue ésta la que condujo hacia la radicalización de los conflictos.
Tanto en Sociales como en Filosofía y Letras de la UBA, fue la asamblea la que negoció directamente con las autoridades, por medio de representantes mandatados por la misma.
Las medidas de lucha que impulsaron los conflictos hacia delante, como la toma del decanato de Ingeniería, la toma del rectorado del IUNA, las tomas de colegios, los cortes coordinados, etc. eran decididas en asamblea. Esto garantizó su efectividad, ya que al utilizar la democracia directa, son los mismos implicados en votar las medidas quienes se comprometen activamente a llevarlas adelante.
Creemos que si se pudo sostener más de un mes la toma con clases públicas y/o autogestionadas (Sociales, Filo) por el conjunto de los/as estudiantes organizados en asamblea, mucho más fácil sería organizar el día a día de la lucha de los centros de estudiantes.
Estas experiencias nos mostraron que la asamblea y la acción directa sirven incluso para tareas tan complejas como organizar una facultad. ¿Por qué entonces no utilizarlas para democratizar nuestros centros de estudiantes?
En los últimos años hemos asistido a conflictos cada vez más radicalizados del movimiento estudiantil, y mejor organizados en una lógica de democracia directa. En el 2005 nos costaba llevar adelante asambleas interclaustros de la UBA, en el 2010 avanzamos manteniendo la coordinación e impulsando medidas conjuntas en varias asambleas interestudiantiles donde confluían estudiantes de todos los niveles, en algunos casos con mandato de base.
Conflicto tras conflicto, en cada establecimiento y en el conjunto de las luchas estudiantiles vemos crecer las prácticas libertarias.
Creemos que es la acción de cientos de militantes estudiantiles la que impulsa estas prácticas horizontales por ser las más viables para organizar la lucha. A estos compañeros y compañeras les decimos: la lucha nos está marcando el camino. Organicemos de esta manera todo el tiempo nuestros centros y nuestras federaciones y ya no habrá que preocuparse por la intervención patronal de las corrientes de derecha en la facultad. Los mismos organismos político-gremiales de los y las estudiantes los recuperaremos para la lucha.
“EN SOCIALES: FORTALEZCAMOS LA ORGANIZACIÓN DE BASE PARA LA LUCHA”.
En Sociales, durante el último tiempo se impulsaron distintas comisiones. Nos parece importante destacar la comisión del comedor. Fue durante el conflicto donde se tomó el espacio que la gestión no nos daba y fue durante ese tiempo que se discutieron temas muy importantes sobre su funcionamiento. Nos parece fundamental el debate sobre como tienen que funcionar los espacios del centro de estudiantes, ¿quiénes trabaja? ¿tienen que tener un salario? ¿es necesaria la figura de responsable político o administrativo? ¿cómo se deciden los salarios? ¿y los precios? Creemos que a partir de estas discusiones ponemos en debate el tipo de organización estudiantil que queremos y por eso nos parece fundamental debatir en comisiones y extender este debate al resto de los espacios de apuntes, fotocopiadoras y bares de las otras sedes de Sociales.
Además se reactivo la comisión antirrepresiva, que había funcionado en otras ocasiones. Esta comisión es muy concurrida hasta el momento. Es importante participar de esta comisión para decidir qué medidas llevamos a cabo para que desprocesen a todos los estudiantes de la UBA que tienen causas abiertas por luchar. Pero también, como prevenimos en futuras acciones este saldo de imputados.
Otras comisiones que funcionan son las de seguimiento y la de autogestión del conocimiento. La primera tiene la tarea de estar al tanto sobre plazos y obras en la construcción del edificio único y el seguimiento de las refacciones en las sedes. La segunda es un espacio de debate y reflexión que nació en varios cursos durante la toma.
LA LUCHA POR EL EDIFICIO ÚNICO EN SOCIALES
Este año, los estudiantes de sociales conseguimos una partida extraordinaria para la construcción de la tercera etapa del edificio único, reclamo que tiene más de 10 años.
Durante más de un mes estuvimos decidiendo en asamblea qué pasos seguir y a quien dirigir nuestro reclamo, desde las autoridades de la facultad y la universidad hasta el gobierno nacional.
El desenlace del conflicto nos demuestra la complicidad de todas esas instancias de gobierno. Tras la toma del Ministerio de Educación logramos que se sentaran en una misma mesa el rectorado y el gobierno nacional, es decir todos los responsables. Esto evidencia que la resolución del problema edilicio de sociales no es un enredo burocrático, como nos quiso hacer creer la gestión de la facultad, sino una cuestión de decisión y voluntad política. Esto también demuestra que el gobierno nacional no es un actor ajeno a la UBA y mucho menos que la salida era ir a apoyar el presupuesto kirchnerista 2011, como nos sugirió el Ministro de Planificación; presupuesto que, entre otras cosas, sólo contempla 15 de los 60 millones necesarios para la obra del edificio.
A pesar de las amenazas de pérdida del cuatrimestre, día a día la lucha se masificaba. Pero sabíamos que con la toma no alcanza y que debíamos llevar afuera nuestros reclamos y coordinar con los demás estudiantes en lucha.
Por ello participamos de instancias como la interestudiantil – que se presentó como una herramienta para coordinar desde las bases con otras instituciones educativas – y los cortes de calle que de este espacio salieron. Estas medidas permitieron privilegiar la solidaridad y unidad de las luchas con los estudiantes secundarios y terciarios. Sin embargo, sabemos que la interestudiantil pudo haber crecido si las organizaciones que están en centros de estudiantes de los diferentes niveles hubiesen querido promover ese espacio y sostener las medidas allí votadas. La política de estas agrupaciones se limito a tratar de imponer sus propias medidas, sin ceder un centímetro.
Un conflicto se gana o se pierde tanto por las posiciones políticas que asumamos, asi como por el tipo y grado de organización que nos damos todos y todas los que participamos. En ese sentido, vemos que la tendencia de algunas agrupaciones de la conducción del Cecso a mantener acuerdos con la gestión a espaldas de la asamblea fue trascendida por la organización y la participación directa con delegados mandatados y revocables por la asamblea.
En el camino para llegar a un cambio social revolucionario hay que comenzar por tener herramientas potentes de autoorganización y lucha que nos permitan adquirir experiencia a todos. Lo que nos lleva a que no podemos simplemente festejar el resultado final de un conflicto sin antes analizar y discutir el balance del mismo, aprendiendo de nuestros aciertos y nuestros errores para que el movimiento estudiantil pueda acumular experiencia a futuro para la organización y la lucha.
Hemos visto como las medidas de acción directa, discutidas en espacios de base han propuesto lineamientos políticos para el movimiento.
De cara a este nuevo proceso electoral, estamos convencidos que somos los estudiantes que, hace dos mes venimos organizándonos en defensa de la educación publica, por mejores condiciones de cursada y por un edificio único para sociales quienes tenemos que seguir comprometiéndonos por un centro de estudiantes que sirva para la lucha, que defienda la educación publica y se ponga como objetivo su transformación.
¿Que más pasa en sociales?
La situación edilicia de sociales es una muestra más del desfinanciamiento de la educación pública que atraviesa a todos los niveles.
Pero no es sólo la cuestión edilicia, antes de que se cayera el vidrio, en sociales, los estudiantes nos estábamos oponiendo al recorte de materias y la acreditación de posgrados a la CONEAU, expresiones de la mercantilización de la educación.
Los estudiantes también nos organizábamos contra los procesamientos de los compañeros por la ocupación del estacionamiento de MT y otros compañeros/as por el apoyo a la lucha de Kraft, a estos se suman los 11 compañeros/as imputados por la toma del Ministerio. Es evidente que el Estado castiga a quienes defienden la educación pública y quienes quieren que la universidad sea del pueblo trabajador.
¿Qué entendemos por mercantilización de la educación?
Es convertir al sistema educativo en un servicio público más, regido por las leyes de la oferta y la demanda. Así, el conocimiento se fragmenta en productos (materias, títulos) vendibles por la mera utilidad inmediata de salir al mercado laboral, cortando todo lo que resulte accesorio en ese sentido. Por un lado, resulta accesorio en un sistema dónde las políticas se dictan de arriba abajo el pensamiento crítico del sistema, la discusión sobre qué es la ciencia y por qué se debe o no aportar en un desarrollo científico de tales o cuáles características. Por el otro lado, van a resultar accesorios todos aquellos conocimientos que no sean vendibles en el mercado. Buscar la cura a enfermedades de pobres sudamericanos, limpiar las napas del conurbano, todas cosas que no se publican en las grandes revistas de “ciencia”…
UN CENTRO DE ESTUDIANTES ASAMBLEARIO
Por todo lo recién expuesto es que propugnamos una organización propia de los y las estudiantes, que perdure en el tiempo, y no sólo para la coyuntura de un conflicto. Que se funde en el principio de la democracia directa y no en el de la delegación o democracia representativa; en que las decisiones se tomen en asamblea (o en caso de ser necesaria la utilización de delegados/as, estos sean siempre rotativos, revocables y mandatados).
Queremos un centro de estudiantes independiente del Estado, las patronales y de las gestiones de turno, pero también independiente de todo partido político o agrupación, pero en el sentido de que su línea política es decidida por el conjunto de sus miembros y no es impuesta externamente. Lo cual no quita que aquellos partidos políticos y agrupaciones que decidan romper con sus prácticas autoritarias, burocráticas, vanguardistas, etc., puedan formar parte, y dar el debate para que su línea sea la que adopte el conjunto. Esto siempre y cuando se atengan al funcionamiento democrático ya explicitado.
¿Cómo organizar un centro asambleario?
Asamblea General Periódica
Proponemos la asamblea general periódica como una herramienta única en cuanto favorece el intercambio cara a cara de los/as estudiantes, tomando decisiones a mano alzada todos/as los/as que van a verse implicados en su ejecución, esto es una instancia impulsora de la acción directa.
Entendemos que a pesar de ser la mejor herramienta, las asambleas hoy no funcionan como querríamos. Más bien, suelen convertirse en tribuna de la conducción del centro y las fuerzas de “oposición”. Para evitar que la asamblea sea un plebiscito entre mociones “cocinadas” en otro lado, debemos profundizar otra herramienta que politice al estudiantado como son las comisiones abiertas.
Por otro lado entendemos a la asamblea como el espacio de organización y decisión de los/as que lucha. En oposición a ella vemos como los plebiscitos y elecciones se sostienen en la idea de que existe un único estudiantado que debe decidir desconociendo las diferencias de clase a su interior.
Temario
Si apuntamos a que el funcionamiento del centro sea por asamblea, no se pueden hablar en un diálogo de sordos/as de todos los temas a la vez. Por eso, al principio de la asamblea debe votarse un temario para que al final de cada punto se voten las mociones correspondientes a cada tema. Si hubiera conflicto por cuál es el orden de temario más pertinente, se destinan unos minutos a discutir y hacer mociones para votar el temario. En el mejor de los casos la asamblea puede convocarse desde la anterior asamblea con un temario prefijado, quedando abiertos los primeros minutos de la misma para propuestas de agregar nuevos temas.
Oradores/as
Los/as que quieren hablar se anotan en una lista de oradores. Se prefiere resumir las argumentaciones a los puntos esenciales (ya que se debe tener además otras instancias de debate como las comisiones abiertas), apuntando a fundamentar en unos minutos una moción.
Cualquiera puede anotarse en la lista de oradores/as, aunque si se quisiera fomentar especialmente que hablaran los/as no agrupados/as se puede mocionar especialmente con una moción de orden (ver más abajo), que se limite el número de oradores/as por agrupación.
Moderardor/a
Una asamblea debe tener una moderación que no aproveche su posición para monopolizar la palabra y “rosquear” las mociones reformulándolas a gusto. Simplemente debe tomar nota de la lista de oradores/as, y llamar a que se cumpla el tiempo asignado por moderador. No necesariamente el moderador/a debe ser la conducción del centro, sino que se puede tomar los cinco primeros minutos para votar al moderador/a entre aquellos/as estudiantes que se ofrecieran.
Mociones
Las mociones son propuestas de acción, consignas, etc que se hacen para su votación al final del punto del temario o de la asamblea. Las mociones se votan a favor, en contra y abstenciones. Aunque el criterio no es único y puede rediscutirse, una moción gana en tanto los votos a favor superen los en contra (sin ser superados por las abstenciones) Siempre se pueden presentar mociones contrapuestas, esto es mociones que tomen decisiones diferentes sobre el mismo asunto. En ese caso se vota a favor de una, de otra y abstenciones, ganando la que más voto obtenga.
Lo que se decide debe ser acatado por todos/as los/as que avalaron con su participación en la asamblea una toma de decisiones por medio de la democracia directa, en asamblea. Por eso, si surgieran dudas sobre una moción (si muchos se abstuvieron y alguien considera que deben votar a favor o en contra, o si pareciera que se empató la votación), puede abrirse un tiempo para rediscutirla y volver a votarla.
Se trata de que las mociones se subdividan lo más posible ya que podrían presentarse mociones alternativas sobre un único aspecto de la misma, presentando conflicto a la hora de votarlo.
Las mociones deben votarse, tal cual fueron formuladas y si hubiera dudas sobre cuáles bajar o modificar se le pregunta a quién las formuló. Para decidir el orden de votación, si no fuera este obvio (de lo general a lo particular), se debe consultar al pleno de la asamblea.
En cualquier momento de la lista de oradores alguien puede hacer una “moción de orden”. Estas mociones, como su nombre lo indican, sólo tratan sobre el “orden” de la asamblea. Por ejemplo mocionarse el pasar a votar, cerrar la lista de oradores/as con el mismo objeto, pasar a otro punto del temario por una urgencia, etc. Las mociones de orden se votan apenas termina la intervención de quién la hizo. Se puede antes de la votación permitir a alguien presentar en el momento una moción de orden contrapuesta.
Comisiones abiertas
Cabe señalar que, debido al carácter más masivo de ciertas Universidades, vemos además la necesidad del trabajo en comisiones abiertas ya que, debido a la masividad de las asambleas, las comisiones se presentan como un lugar central para el debate y la elaboración política. Deben tener contenido político unido a la lucha y en ellas los/as estudiantes deben ejercer la acción directa, coordinando en la asamblea como máxima instancia de decisión. Sólo así, tienen la potencialidad de generar movilización.
Las comisiones abiertas tienen una función ejecutiva e impulsora de las políticas de la asamblea. Como se vio en las comisiones abiertas que impulsaron los mayores conflictos en la Universidad, el papel que cumplen a nivel de impulsar la difusión y discusión en los cursos, es irremplazable. Además, las comisiones abiertas son a veces el único espacio de contención para compañeros/as no agrupados/as, a la vez que difunden e impulsan determinados debates o medidas en unidad, sin embanderarlas con el nombre de tal o cual agrupación.
Estas conclusiones, si bien tienen que ver con principios ideológicos, son sobre todo el fruto de experiencias concretas dentro de las facultades que habitamos (incluso en experiencias históricas concretas de la lucha de clases en general). Los momentos de movilización que hemos podido compartir fueron producto de acciones colectivas y no decisiones de un grupo pequeño de militantes.
Por eso es que no vemos la necesidad de gastar nuestras fuerzas, tiempo y dinero en las elecciones ni tampoco ir a votar un centro de estudiantes que nos represente, ya que tenemos que organizarnos desde abajo. La forma eleccionaria de la política sólo lleva a desentendernos de los problemas cotidianos y estructurales que debemos enfrentar, votando a nuestros representantes para que ellos “hagan” la política. Si nosotros sólo aportáramos con ese voto, estaríamos reproduciendo una vez más el sistema en el que vivimos, delegando, dejando en manos de otros, nuestros propios problemas e intereses. De todos modos, creemos que lo esencial, más allá de lo que cada uno haga en el cuarto oscuro, es autoorganizarnos y luchar, pues de nada sirven miles votando a la izquierda si luego no se interesan por participar en la vida política de la facultad.
Democracia representativa o democracia
Directa: La elección es política
Las herramientas de la democracia representativa se vuelven cuando menos insuficientes para impulsar una política clasista y combativa, ya que ésta toma muchas de las herramientas de la burguesía. En la democracia representativa se votan individuos o entidades y el voto, suponiendo que se diera con discusión de programas políticos, no resulta vinculante. El representante no está obligado a cumplir aquello que dijo en su plataforma.
En la democracia directa, todos/as los/as que participan en las decisiones son a su vez responsables de la ejecución de lo decidido. Si hubiera instancias de delegación, estas son con delegados/as mandatados (obligados a cumplir lo decidido por aquellos/as a quienes representa), rotativos (todos/as pueden y deberían, en un aporte a su formación política ser en algún momento delegados/as) y revocables (si no cumplieran con sus funciones, en particular con el mandato de base, podría ser reemplazado por otro/a delegado/a). Limitar cualquiera de estas características de los/as delegados/as, es hacer mella en la flexibilidad de la democracia directa, en pos de dar más poder al delegado/a, erigido en dirigente. Hacer esto, da más posibilidades de caer en errores políticos, ya que es más probable que se equivoque un solo individuo que dirige al resto, que el pleno de la asamblea dándose instancias democráticas de discusión y decisión.
La democracia directa se complementa con la acción directa, esto es la acción política sin intermediarios ni dirigentes de ningún tipo. Así, las negociaciones se debieran dar con voceros/as o delegados/as mandatados por la asamblea, no a partir de mesas chicas de las conducciones con las autoridades.
En este sentido, en sociales, las negociaciones con Caletti fueron realizadas desde la democracia directa: con delegados/as mandatados y revocables. Es decir que la delegación no fue a decidir ni firmar nada sin la discusión y la decisión previa con todos los compañeros/as que estábamos luchando. Creemos que esto fue funadamental para manifestar firmeza frente a la gestión, dejando claro que no puede arreglarse a puertas cerradas los que nos incumbe a todos/as.
La democracia directa es el único medio por el que se garantiza un compromiso máximo del máximo número de estudiantes autoorganizados. Difícilmente la suma de las acciones de las distintas agrupaciones haya alguna vez logrado la misma efectividad que un plan de lucha unitario, decidido en asamblea de agrupados/as y no agrupados/as en pie de igualdad.
La elección de las formas que adopte la organización estudiantil expresa una concepción sobre el cogobierno universitario y el mismo Estado.
¿QUÉ CENTRO DE ESTUDIANTES QUEREMOS?
Queremos un centro de estudiantes que se asuma como herramienta político gremial de los/as estudiantes que hagan opción de luchar con los oprimidos/as y explotados hoy en defensa de nuestras reivindicaciones más básicas, pero haciendo camino al andar para aportar a un cambio revolucionario de la sociedad toda.
Queremos un centro de estudiantes que luche
para que el sistema educativo deje de estar al servicio de la burguesía.
¡Cuestionemos el sentido de la producción y reproducción de conocimiento en el sistema educativo!
La formación en el sistema educativo está en gran medida orientada areproducir/producir ciudadanoas dóciles que no se rebelen contra el sistema. La formación académica, además a grandes rasgos, podemos decir que está orientada a producir soluciones o respuestas a las demandas del capital, de sectores privados y/o
a las demandas tecnocráticas del Estado.
Desde nuestra postura anticapitalista y antiestatista hay todo un trabajo que hacer en pos de dar alguna disputa en el transcurso de esa formación, cuanto menos del sentido de la misma. Poner en cuestión dicha orientación, problematizar los horizontes que aparecen como naturales en la lógica académica, en fin, dejar en claro que para que el conocimiento que se genera en aquellos espacios sirva a los intereses de la clase y pueda ser un aporte al cambio social debe tener otra orientación y debe ser producido de otro modo.
¡Luchemos contra el carácter elitista y excluyente de la Universidad!
Es sabido, presentado como “dato de la realidad” por nuestros enemigos de clase, que a medida que se avanza en el recorrido escolar hacia el nivel superior, cada vez son menos los que pueden estudiar. Esto implica la mayor parte de las veces situaciones de desigualdad entre estudiantes que necesitan o no trabajar mientras estudian, que pudieron acceder o no a una escuela “de nivel”, que pueden o no pagarse clases particulares, o los mismos apuntes, etc.
En este sentido, la lucha contra esas desigualdades es fundamental dentro de una perspectiva clasista de la militancia en el ámbito educativo. Debemos luchar por el acceso masivo e irrestricto a todos los niveles, con un trabajo pedagógico concreto, mejores condiciones (de infraestructura y por lo menos de relación docente alumno/a) y becas para lograr además del acceso la permanencia en los estudios.
Queremos un centro de estudiantes que luche…
…dándose una política integral que haga un aporte a la lucha de clases desde el sistema educativo
Por último, creemos que es fundamental poner en el centro de atención de todo estudiante y docente que el ámbito educativo está atravesado por la lucha de clases. Sostenemos a partir de nuestra diaria experiencia y un análisis de clase, que los sectores que habitan y transitan el ámbito educativo no son un todo homogéneo, ni tienen los mismos intereses, ni una misma procedencia social. Sostenemos, entonces, que, por ejemplo, “el estudiantado” como tal no existe. Sí existe dentro de él gran número de elementos que objetivamente comparten una situación de clase y que potencialmente pueden luchar por un cambio social. A ellos es a quienes creemos que un centro de estudiantes debe apuntar. Pero también con quienes, aunque no tengan una similar extracción social, puedan optar por la causa de la clase trabajadora, por una causa revolucionaria.
Si actuáramos de otra manera, diciéndonos parte de la izquierda estaríamos sosteniendo implícitamente que es posible organizarse con aquel que es o decididamente opta por la burguesía.
Buscamos por eso organizarnos con los trabajadores docentes, no docentes y los estudiantes trabajadores, pero además que el conjunto del movimiento estudiantil luche con la clase trabajadora. Con los trabajadores, sin sustituirlos en sus luchas, y como fruto de un crecimiento político de este movimiento que nos permita avanzar en pos de una revolución social de signo libertario.
Muy buen artículo en mi opinión. En muchos aspectos me considero anarquista, en algunos no; pero en definitiva creo que es una filosofía existencial de las más humanistas y emancipadoras.
Saludos.
«En este sentido, proponemos que los comedores y apuntes sean atendidos por trabajadores no docentes, con pleno goce de sus derechos laborales y con financiamiento estatal en su totalidad»
Osea… entregarle los locales a la gestión? devolvérselos al estado?
si forro! queres que los banquemos loss estudiantes ?
jajaja que desastre son los anarcos!!
por algo su presencia en la historia es practicamente nula (y no me hablen de los sindicatos. no existen «sindicatos anarquistas»m se trató siempre de sindicatos combativos, donde los laburantes peleaban por reivindicaciones puntuales, laborales, y los dirigentes le agregaban un tinte intelectualoide «anarquista», pura consigna, pero en lo concreto eran simplemente sindicatos que cambiaban las condiciones laborales DENTRO del Capitalismo y bajo el dominio del Estado)
por algo su producción teórica es casi inexistente y mayoritariamente impresentable: abstracta y voluntarista
por algo su máxima expresión (y casi la única vigente) es la «rebeldía» adolescente y adolescente tardía de la cultura anarko-punk.
Y estos chantas del anarquismo local se dan el lujo de postear este artículo eterno como si ellos fueran los dueños de la Verdad. No existen!! enterense de una vez!
P.D.: ¿Sabían que Jorge Rial fue fervoroso anarquista de joven? Todavía hoy tiene los libros de Di Giovanni en su biblioteca
Tambien tengo un amigo que era anarquista y hoy es ñoqui del Estado jajaja Son tan chantas e inconsistentes como su ideología. Hay dos millones de anarko-punkitos, pero al llegar a los 38 de edad quedan 1 o dos anarcos con suerte, por algo será, ¿no? ¿O creen en los milagros?
Anarquismo = «Rebeldía» superficial adolescente
Bakunin, gordito inmaduro sintomático! jeje
el de arriba seguro no se pierde ni un solo programa de rial
Pelotudo, ¿no ves que puso a Rial precisamente como ejemplo de la clase de lacra anti-obrera en la cual se temrinan conviertiendo los anarcos al envejecer?
Por ende dudo que lo admire mucho…
En cambio vos debes comprarte todos lops numeros de la Paparazzi, que sos un ñoqui del PJ del conurbano y admeás un bruto que dice que «a la AAA la crearon los traidores, no Perón. Pe´ron no sabía nada» «El comunismo y el justicilaismo son dos caras de la misma moneda» «Banco a Perón, a Rucci y al ERP» «Satlinistas, peronistas, guevaristas, maoistas, todos debemos transitar juntos hacia la revolucion, sin importar qué nombre le pongamos».
Sos muuuuuy ignorante flaco, y muy nabo! te pasás, lo juro, te pasás de pelotudo
Y encima ahora bancás hasta a los anarquistas????????
No hay nada más antiperonista que un anarquista…
avomplaj, tu imbecilidad es infinita.
y vos seguro que sos un genio , salí a militar payaso. que por internet somos todos gallitos
para el zapato q dijo q no hay nada mas antiperonista q un anarquista no sabe un nada de historia.
Aca va una lista de Jovenes anarquistas q luego participaron del peronismo, q su sensibilidad social la tomaron en el anarquismo y del q nunca hablaron en contra, sino q reivindicaron como estandarte de las lucas obreras en argentina.
JAURETCHE
ABELARDO RAMOS
DISCEPOLO
Scalabrini ortiz (socialista rev/anar
ERNESTO PALACIO – diputado peronista
MANUEL GALVEZ
HECTOR TRISTAN (dirigente metalurgico colabora con Fermin Chavezy John William Cooke).
y seguimos con la lista??
Tambien Norberto Galasso y demas seres peronistas reconocen el aporte del anarquismo.
ahh y para el otro zapato q dice q no hubieron sindicatos anarquistas… otro zonzo..
si hay algo caracteristico del anarquismo fue el sindicalismo, sino fijate la CNT en españa q superaba el millon de afiliados.. y la FORA con casi 500.000 afiliados.. ademas el llamado sindicalismo revolucionario del q hablas eran anarquistar, pero producto del cambio q se dio en la argentina cambiaron la tactica de confrontacion por negociacion.. incluso si viste la patagonia rebelde, te gustaria saber q esos eran sindicalistas anarquistas y q no estaban afiliados a la FORA anarquista pura sino a la FORA del otro congreso q era la Sindicalista Revolucionaria… asi q ahi tenes un ejemplo perfecto para cocinarte en tu salsa… y si queres mas informacion proq no te convence.. avisame q te paso lo q quieras…
da lastima q tanto nabo opine de anarquismo cuando solo sabe lo q le dijo un profesor de historia en el colegio o vio un amigo tarado punk…
lo mismo estos zurditos de clase media hablando de peronismo como si fueran historiadores… lean hernandez arregui «nacionalismo y liberacion» les va a venir bien.. o algo de Puiggros o Abelardo Ramos.. y despues hablamos,
caretas…
muy buen aporte para un debate del que hacer como anarquistas en el centro de estudiantes. destruccion del estado autoorganizacion de estudiantes y profesores, autogestion de las universidades del pueblo y para el pueblo.
salud y anarquia burgueses de izquierda y derecha sigan votando, sigan cagando a la gente