Por Charo M. Ramos

Tardé más de lo que hubiera querido en leer este libro. Es cierto que, en términos literarios, siete meses no es nada; pero en esta aceleración de la vida que nos lleva de un lado para el otro como un torbellino, medio año parece una eternidad. Pero, al final, logré leerlo, y qué alegría. Qué gusto encontrar un texto, un objeto libro que te abrace, que te dé un reparo en esta tarde gélida en la que la tormenta se está siempre armando y nunca termina de largarse. SUSI, de Vir Cano es una belleza.
Sobre le autore: Vir Cano nació en Quilmes, Buenos Aires, en 1978. Es filósofe por la UBA, licenciade, doctorx y docente. Yo le conocí hace no sé ya cuánto tiempo en el activismo lésbico; quizá algunes de ustedes le conocieron cuando publicó hace ya diez años Ética tortillera: ensayos en torno al êthos y la lengua de las amantes por la bella editorial Madreselva. En 2021, cuando la pandemia aún azotaba día y noche, publicó Dar (el) duelo: Notas para septiembre, por Galerna. Su expresión académica es también interesante y se centra en las ideas de Nietzsche, Derrida y otres como Donna Haraway; sus focos están puestos en el duelo, la ética, el amor, la amistad, el dolor.
Sobre la obra: Lo primero que llama la atención del libro es su tapa, ilustrada por Bernardita Epelbaum, retrata a la persona no humana a la cual se dedica esta oda, Susi, Susana, suricata del oeste, pochoclito quemado, tirana del ludismo. Esta perrita vive con Vir 2023, aunque le autore, según cuenta, siempre había hecho un culto de la soledad. Y juntes pasean por la ciudad, se abren a los diálogos con desconocides, a la experiencia de jugar en el suelo, de dormir siestas pegadites y de entregarse a lo inevitable de la existencia, a la vejez y la muerte, pero, también, a la vida-con.
El libro tiene una estructura que lo hace entretenido de leer: en las páginas pares, hay sentencias sobre el contacto; en las impares, cartas que Vir, V., el “bollito in-humano”, le escribe a Susi. También hay algunas ilustraciones de Epelbaum que acompañan esta bellísima obra. ¿Qué vinieron antes, las sentencias o las cartas? Se supone que primero experimentamos y después razonamos, así que deberían haber sido primero las cartas, aunque todo libro es un artefacto, un aparato que simula y recrea algo que parece un orden natural, no hay manera de saber. Y por eso funciona esta forma, mientras que las sentencias son, como va de suyo, cortas; las cartas se extienden más allá de la página y se van mezclando y es imposible leer el libro sin ir y venir, en un movimiento oscilante que va de adelante hacia atrás y hacia adelante de nuevo para seguir el camino de las sentencias sin perder el hilo de las cartas.
Voy a transcribir mi sentencia preferida:
XXIII
Entre la proximidad y la familiaridad: un abismo, mil nombres y un terreno que cartografiar
(p. 58)
Y mi pasaje preferido de las cartas:
En la carta 7, Vir dice:
No sé bien qué es lo que buscás, pero es claro que hay pistas que encontrás vos y a mí se me escapan.
Te amo con admiración
Con mis gatos, Jorge y David, me pasa algo parecido, esa mezcla de incomprensión y admiración. Siento que ellos existen de una manera incomprensible para mí, que persiguen cosas que no veo, en lugares rarísimos, hacen ruidos que no entiendo, pero interpreto. Mi vida desde que llegaron estos gatos cambió de manera rotunda. Si bien puedo decir que casi siempre viví con animales, nunca me lo había tomado en serio, con este compromiso tan rotundo, tan inabarcable, lleno de ternura, de fascinación, de entrega -todas las madrugadas, a veces a las 2, a veces a las 3, David me toca el hombro con la patita hasta que me despierto y les doy de comer; y si no me despierto, arde Troya-. También me enojo, como Vir, que en la carta 6 le escribe a Susi llene de frustración; se desencuentran porque Susi es testaruda, es caprichosa y no acata “su ‘autoridad’” (p. 31), y así vivimos-con, aprendemos de elles, con elles, aprendemos de nosotres, encontramos en elles refugios, abrazos, calor.
¿Este libro tiene trama? En sentido estricto no; muestra las tramas de las vidas entrelazadas de dos personas, una humana y otra no humana, que se aman con locura y pasión y recorren juntas los parques, las calles, las noches y las siestas.
