Por Jorge Altamira
Dirigente del PO – Candidato a Presidente por el Frente de Izquierda
Horacio Verbitsky esperó 45 años para denunciar, el domingo 28, en Página 12, de que mi nombre político, Jorge Altamira, intenta ocultar mi origen judío, o 28 años desde que lo utilicé en la condición de candidato electoral, luego del visto bueno de la Justicia. Verbitsky hizo lo contrario: abandonó los seudónimos poco judaicos que utilizó en su condición de dirigente de Montoneros para reconvertirse en el cordero Verbitsky y renegar de su pasado. José (Saúl, no Simón, imbécil) Wermus hizo lo contrario y se mantuvo como Jorge Altamira, para reivindicar su trayectoria de lucha de más de cincuenta años bajo numerosas dictaduras militares. Verbitsky procura explotar la ignorancia probable de una mayoría de lectores de Página 12 cuando oculta a personalidades notables como César Tiempo (Israel Zeitlin) y Andrés Rivera (Marcos Rivak) o Tato Bores (Borensztein), entre muchos otros, cuyos seudónimos, sin embargo, no estaban motivados por la necesidad de luchar contra gobiernos militares en la clandestinidad; ni hablar de León Davidovich Bronstein, que si seguimos la versión de Verbitsky, ocultó su condición judía bajo la etiqueta de Trotsky. Sea como fuera, no hemos visto que Verbitsky se destacara, bajo su mote post montonero como protagonista creativo de la comunidad judía, como si fueran suficientes los sonidos del apellido para probar esa condición; Altamira, por el contrario, aún sigue peleando contra el encubrimiento del atentado a la AMIA por parte del estado argentino y los principales servicios secretos del extranjero. Verbitsky aprovechó su reconversión de apellido para ponerse al servicio de propaganda de los gobiernos de Alfonsín y de la Alianza, mientras su amigo José Pablo Feinmann apoyaba, desde la revista Humor, el pacto entre Menem y Bunge & Born. Página 12 despidió de su redacción a un colaborador que usaba un seudónimo judío, Natalio Liberman, el apellido de su madre, (hoy firma Ismael Bermúdez), cuando éste escribió una crítica a la privatización de la seguridad social de de Menem, porque esa posición afectaba la continuidad de los anuncios publicitarios de las AFJP en el diario. Tampoco se privó de atribuir a un trastorno provocado por el cáncer, la empecinada crítica de su colega judío, Julio Nudler, a Alberto Férnandez, ex jefe de gabinete, por los negociados que éste habría cometido como superintendente de Seguros de Carlos Menem, a las órdenes de Carlos Sánchez y Horacio Liendo – en un brutal ataque personal para defender al elenco kirchnerista. Más recientemente, Verbitsky dedicó dos páginas de mentiras contra el Partido Obrero, con relación al asesinato de Mariano Ferreyra, cuya réplica por parte del PO, Página 12 se negó a publicar. Dos meses después del asesinato de Mariano, atacaba al Partido Obrero por los sucesos de Constitución –provocación nunca aclarada contra la lucha ferroviaria-, denunciando una participación falsa de Néstor Pitrola en el Ministerio de Trabajo que fue desmentida por el periodista Alfredo Leuco en investigación del diario Perfil. Hace pocos días instruyó a una periodista de Página 12 a meter cizaña en el Frente de Izquierda, omitiendo la mitad fundamental de la información que pretendía ventilar. Verbitsky, escriba del gobierno, arremete contra Altamira con una demora de más de cincuenta años, porque el Frente de Izquierda está en pleno avance y es visto con respeto e interés por un arco popular importante que aún vota al kirchnerismo. Verbitsky apoya el operativo político del oficialismo de elegir a Macri como el opositor derechista a su Majestad, con la pretensión de seguir con la farsa de que el FpV representa a la izquierda o al antiimperialismo. El Frente de Izquierda lo perturba porque se proyecta como la oposición efectiva y una alternativa política. Verbitsky busca empañar la honestidad y transparencia personal que la ciudadanía reconoce en Jorge Altamira, una honestidad de la cual forma parte, por sobre todo, su seudónimo político, porque éste representa una continuidad de la trayectoria, las ideas y la lucha de toda una vida. Como periodista que soy me permito terminar con una nota de color y una reivindicación suprema: numerosas familias judías portan en Francia el apellido Wermus, pero en Alemania lo llevan otras tantas que son protestantes. Desconozco a qué se debe esta singularidad, ni si se trata de una reconversión de judíos al protestantismo o al revés. El destino de los apellidos fluctúa con la trashumancia y la historia. La vida real de los hombres de carne y hueso, por el contrario, queda estampada como en una piedra para siempre. Soy socialista e internacionalista, por sobre todo, por eso pongo la defensa de la condición humana por encima de la que se adjudica cualquier religión, cualquier etnia y cualquier nacionalismo. ¡Viva el Frente de Izquierda, carajo!
anda viejo rídiculo, brindando con un champagne de dos lucas con chiche gelblung. viejo hijo de puta, por lo unico que luchas es por no cagarte encima
grande, Altamira, se lo respeta mucho, es un grosso de la politica argentina
Alta-mira, bajos-principios
“Así las cosas, las cuentas estarán atadas a cuánta gente irá finalmente a votar. Y también, a lo que asoma como un elemento destacado de esta elección abierta: el apoyo al voto milagrero para el candidato del Partido Obrero.
Jorge Altamira camina ya como una estrella de rock, en sus charlas con estudiantes y en su paso por “A dos voces”, donde tomaba mate y reía con los fiscales imaginarios presentes y hasta se cruzaba besos con su opuesto, “el Alberto” Rodríguez Saá y su novia fashion, Delfina Frers.” (Clarín, 11-8-11)
Efectivamente, así fue, como dice la nota de Clarín. De elegante saco azul y corbata al tono con lunares blancos, Altamira presentaba un “look” que parecía adaptado al gusto de los votantes de clase media. Ya acostumbrado a los programas de TV, se lo ve cómodo en el ambiente de los políticos profesionales. Será por eso que, sin que hubiera ninguna necesidad, Altamira le demostró su afecto de “colega” al gobernador de San Luis y candidato de una de las facciones peronistas, un aliado de Duhalde y de “el tati” Vernet de Santa Fe.
Al verlo abrazarse y besarse con Alberto Rodríguez Saá pensábamos ¿Qué dirán los militantes del PO de San Luis? ¿Qué pensarán los docentes de esa provincia -que tuvieron varios meses de dura huelga en el año 2010- y los obreros de vanguardia del parque industrial, como por ejemplo los de la fábrica textil Pagoda, duramente reprimidos por la policía de “el Alberto”?
La exultante euforia del candidato, al destacar el apoyo de Jorge Rial, Gustavo Sylvestre y Pergolini a la campaña “un milagro para Altamira”, trasunta una fiebre electoralista a cualquier costo. No exaltó la actividad militante de las bases del PO recorriendo fábricas y barrios obreros, sino la creatividad de los artistas que hacen los spots de propaganda. La enfermedad electoral tiene síntomas parecidos en todos lados. La socialdemocracia española, en los ’80, acuño un lema que decía más o menos así: “vale más un minuto de propaganda en la TV que mil militantes”. Esto se debe a que a la socialdemocracia lo único que le interesa de los trabajadores (y de la clase media) son los votos y no la militancia partidaria en la clase obrera, para ayudar a organizarla y construir con sus mejores elementos el partido que prepare la revolución socialista.
Sin embargo, la conducta y las declaraciones de Altamira no se debieron a un estado de ánimo pasajero, atribuible al repentino encandilamiento de los reflectores de la TV.
No; que no fue un arrebato, lo confirma la nota que aparece publicada en la Prensa Obrera del 11 de agosto. Allí Altamira escribe que:
“Concluimos la campaña hacia el 14 de agosto en el marco de un ascenso de la movilización para superar el 1.5%…”
¿Acaso se estará refiriendo a alguna manifestación que haya ganado la calle reclamando al gobierno o a la justicia electoral que deje sin efecto el “piso proscriptivo”? No parece, ya que fueron sólo los abogados de los partidos quienes se dirigieron a los juzgados a presentar un recurso de amparo, y lo hicieron ordenadamente, sin cortar ninguna calle. ¿A qué movilización se refiere, entonces? A continuación la nota aclara:
“Se ha registrado el hecho completamente inédito de los pronunciamientos al aire, a favor del voto al Frente de Izquierda, de decenas de periodistas a cargo de programas de radio. Lo mismo ocurre con las redes sociales…”
Es sabido que Altamira es muy afecto a hacer pronósticos extremadamente optimistas en todas las campañas electorales. Pero esta vez parece haber sufrido los mismos efectos del…”viento norte que enloquece la razón” como dice la canción de Horacio Guaraní. Porque Altamira no se refiere sólo a una tendencia democrática contra el piso proscriptivo:
“Es claro que el slogan que anima a la mayoría de las adhesiones es la defensa del derecho democrático a la participación electoral, pero sería necio negar que quienes nos expresan su apoyo conocen, incluso muy bien, nuestra condición de partidos de lucha y combate, y hasta de ‘extrema izquierda’. Se trata, por lo tanto, de un paso importante en la evolución de la conciencia política de un arco importante que va desde el activismo obrero, ex militantes de la vieja izquierda, y por sobre todo de la juventud. Estamos ante un principio de tendencia política que ya se expresó en las elecciones provinciales de Salta, de Neuquén y de Córdoba y en el 17% descomunal que obtuvimos en Capitán Bermúdez y los promedios elevados en el cordón de la gran industria de San Lorenzo.”
¿Y a que se debería, según Altamira, esta evolución de la conciencia política?
“Los espacios de propaganda política audiovisual han jugado un papel muy grande en la creación de esta tendencia…”
Como conclusión de este análisis, Altamira escribe “Este prolegómeno del 14 de agosto confirma el acierto en haber formado el Frente de Izquierda y, por sobre todo, en haber manejado un programa de reivindicaciones elementales en el marco de una crisis histórica. “La historia puede saltar etapas, decía Trotsky, pero el partido revolucionario no puede saltarse las etapas de la evolución de la conciencia de la clase”. Hemos sido pedagógicos, y entre nosotros ha perdido terreno el discurso doctrinarista. Estamos aprendiendo y se está educando una nueva generación. Nunca como ahora está clara la bancarrota del capitalismo.”
Esta cita de Trotsky sacada de contexto, con la cual Altamira intenta justificarse, es la misma que sirve a todos los oportunistas para esconder su adaptación a la política burguesa. La propaganda debe partir de la realidad objetiva y sólo adaptarse en su forma “pedagógica” a la conciencia de las masas trabajadoras. De esta condición, Altamira reconoce que ha perdido terreno la primera parte, la fundamental (la “doctrinaria”), es decir la explicación del programa revolucionario, para dejar sólo la formulación difusa (a lo que Altamira llama “pedagógica”) de las “reivindicaciones elementales”, expresadas sin conexión con la necesidad de la conquistar el poder para que la clase obrera pueda imponerlas, aún cuando se reconoce “el marco de una crisis histórica” del capitalismo. De esta forma, la propaganda “pedagógica” que reivindica Altamira no se diferencia en nada de la que podría hacer cualquier organización reformista. Peor todavía, si a esto se le agrega que la propaganda del FIT hace eje en que el papel fundamental de “la izquierda” sería ser el “vocero” de estas demandas mínimas en el seno del parlamento burgués.
Sólo para tener un punto de referencia de cómo se dirigía Lenin a las masas obreras y populares, transcribiremos un fragmento del “Proyecto de llamamiento a los electores” redactado para las elecciones a la Duma (institución de tipo parlamentaria de la Rusia zarista) en 1906, cuando todavía el eje de la lucha era por el derrocamiento del Zar:
“Luchando por la libertad, la clase obrera aspira a que la libertad no sirva solamente a los ricos y a los nobles, sino a todo el pueblo. Los obreros necesitan la libertad para poder desplegar una amplia lucha por emancipar totalmente al trabajo del yugo del capital, por acabar con la explotación del hombre por el hombre, por organizar la sociedad sobre bases socialistas. Mientras el capital impere, ninguna clase de igualdad, ni siquiera el derecho igual de los pequeños propietarios, de los campesinos, al disfrute de la tierra perteneciente a todo el pueblo, liberará a éste de la pobreza, del paro forzoso y de la opresión. Solamente cuando todos los obreros se unan y cuenten con el apoyo de las masas trabajadoras será posible derrocar el yugo del capital, que pesa sobre los obreros de todos los países. En la sociedad socialista, la libertad y la igualdad no serán ningún fraude; los trabajadores no se hallarán desperdigados en pequeñas empresas, que funcionan aisladas unas de otras; la riqueza acumulada por el trabajo común servirá a las masas del pueblo, en vez de oprimirla; el poder de los trabajadores acabará con toda opresión de cualquier nacionalidad o religión o de un sexo por el otro.
¡Camaradas obreros y ciudadanos de toda Rusia! ¡Aprovechaos de las elecciones para fortalecer a los verdaderos luchadores por la libertad y el socialismo, para abrir a todos los ojos acerca de las verdaderas metas y la verdadera naturaleza de los diferentes partidos!…
“El partido de los socialdemócratas es el partido del proletariado consciente y combativo. Este partido no confía en ninguna clase de promesas de la burguesía, no busca la salvación de la pobreza y la penuria en el fortalecimiento de la pequeña empresa, sino en la lucha unida de todos los trabajadores por el socialismo…”
¡Qué diferencia monumental entre el “pedagógico” Altamira y el “doctrinario” Lenin!
Para leer el articulo completo entra acá…. http://prs-lco.com.ar/periodicos/lco_70.pdf
Q PAVADA LA DE ACA ARRIBA, Q ENVIDIA LOS Q LES MOLESTA VER Q UN DIRIGENTE TROSKISTA SE HAGA CONOCIDO, PORQ NO DISCUTIS EL PROGRAMA DEL FRENTE DE IZQUIERDA EN VEZ DE HABLAR PAVADAS DE Q ALTAMIRA ESTA COMODO EN LA TV??, CARNERO!
Qué patético el trotskismo argentino, que tiene cero inserción política real en el proletariado y le debe sus escasos votos al Twitter de Jorge Rial (#unMilagroparaAltamira)