Si bien Mendoza no es una provincia conocida por su apertura política o cultural, esta vez, fueron más allá: el gobernador Cornejo presentó un Código Contravencional que impone multas y días de arresto por cosas como cuidar coches, ofender a personal de salud, incitación o ejecución de disturbios por parte de miembros de clubes de fútbol incluso a través de redes sociales.
Sin embargo, esto no es todo. Habían querido sancionar con multa o días de prisión a quienes transmitieran infecciones de transmisión sexual (sífilis, HPV, VIH/SIDA, entre otras). Gracias a la pronta respuesta de la comunidad organizada en torno del tema, con la Fundación Huésped a la cabeza, se echaron atrás.

En la tarde del miércoles, la cámara baja mendocina se reúne para dar la media sanción definitiva al proyecto, que ya tuvo el visto bueno del Senado.
Este proyecto, “criminaliza el trabajo precarizado, restringe críticamente la libertad de expresión, persigue con especial énfasis a las trabajadoras sexuales y vuelve a profundizar el estigma sobre las personas que viven con VIH, al castigar legalmente la expresión pública del disenso, la venta ambulante, la limpieza y cuidado de autos, el consumo de alcohol en la vía pública, la oferta de servicios sexuales, la mendicidad, la ocupación desordenada de la calle”, dice Nicolás Cuello en Cosecha Roja.

Esta tarde, en CABA, bajo la consigna “Nuestras vidas no son delito”, organizaciones sociales, políticas, feministas y de las disidencias sexuales se congregan en la Casa de la Provincia de Mendoza para exigir el rechazo al Código por parte del Poder Legislativo cuyano.

La Columna Orgullo en Lucha plantea lo siguiente: (el código) “No podemos ser ajenos a lo que ocurre en Mendoza. No podemos permitir que este nuevo [código siente un nefasto precedente legislativo. Tenemos que combatirlo en las calles de todo el país y en cuanta institución judicial haya a nivel nacional e internacional”.

Foto: Manuel Riveiro