«Como platenses de pasado militante, nos interesó contar la historia de aquellos que nos perseguían en los ’70. por eso, El libro compila de forma cronológica el accionar de la CNU desde sus inicios hasta 1976», repasó uno de los autores.
El grupo Concentración nacionalista Universitaria (CNU) se formó a fines de los años ’60 en el Instituto Cardenal Cisneros de La Plata y su fundador fue un teólogo de carácter preconciliar llamado Carlos Alberto Disandro.
Rápidamente, la CNU se constituyó como un grupo de choque que perseguía a los integrantes de las organizaciones revolucionarias
en los ámbitos universitarios de La Plata y Mar del Plata
En 1971, el grupo cobra notoriedad al atacar a tiros una asamblea estudiantil que se desarrollaba en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Mar del Plata, y provocar la muerte de la estudiante Silvia Filler, de 19 años.
Con la llegada de José López Rega (impulsor de la Tripe A) al Ministerio de Bienestar Social, varios de los integrantes de la CNU se vinculan a los grupos de choque que participan en la Masacre de Ezeiza, entre ellos Alejandro Giovenco y Patricio Fernández Rivero.
A principios de 1974, la organización se pone a las órdenes del gobernador de la provincia de Buenos Aires Vitorio Calabró, que le suministra armas y logística.
«Son tiempos en los cuales la CNU recibe instrucciones y armas de Aníbal Gordon, un parapolicial que cobrará notoriedad incluso durante los años del terrorismo de Estado. La CNU comienza a ser liderada en la Plata por Carlos «Indio» Castillo y José «Pipi» Pomares, repasó Ceccini.
En marzo de 1975, Ernesto Piamonti, el hombre de López Rega en Mar del Plata, es ejecutado en un operativo de la organización Montoneros.
En represalia, la CNU lanza el operativo 5×1, y asesinan a Bernardo Goldenmberg; al teniente primero (RE) Jorge Videla y a sus hijos Jorge y Guillermo y Enrique «Pacho» Elizagaray, hijo del senador provincial del Frejuli, Carlos Elizagaray.
Luego fueron ejecutados Daniel Gáspari, Jorge Stoppani y la decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica de Mar del Plata, María del Carmen Maggi.
Por esos hechos, el Juzgado Federal Número 3 de Mar del Plata elevó el año pasado a juicio oral los crímenes perpetrados en la ciudad por la CNU, en una causa en la que están acusados el ex fiscal Gustavo Demarchi y el militar retirado Fernando Alberto Otero.
«La causa que se sigue en Mar del Plata viene bastante bien, pero en La Plata las cosas vienen demoradas. Esperemos que este año haya novedades», señaló el autor.
El juez federal Arnaldo Corazza inició la investigación, pero tras jubilarse, el expediente pasó a manos del magistrado Humberto Manuel Blanco, que, como subrogante, estaba por disponer la elevación a juicio cuando murió, en septiembre del año pasado.
«Corazza no movió mucho la causa y la verdad que la muerte de Blanco fue una mala noticia. Esperemos que con las pruebas que aportamos en este trabajo sirvan para activar la causa y elevarla a juicio oral en los próximos meses», enfatizó.
En el marco de ese proceso, se encuentran detenidos Castillo y Pomares, acusados de asesinatos, secuestros y robos cometidos en la capital bonaerense entre 1974 y 1976.
«La CNU estuvo a órdenes del Batallón 601 a fines de 1975, y sus integrantes comenzaron a desarrollar actividades delictivas hasta que después del golpe de marzo de 1976, el Ejército decide su disolución», repasó.
Muchos de sus integrantes se reciclaron con la llegada de la democracia, y en ese sentido resulta emblemático el caso de Pomares, que al momento de su detención era congresal del Partido Justicialista bonaerense.
«Al igual que Pomares, muchos ex integrantes de la CNU que se insertaron en la vida civil a partir de 1983, y que llegaron a ocupar cargos de importancia en el Estado. Es un aspecto que la Justicia debe profundizar», puntualizó.
TELAM