Por Charo Márquez
@cafeesamor
Nos recuerda a la infancia feliz y al mismo de la abuela. Podemos calentarnos las manos con el bowl y dejar que el vapor nos empañe los anteojos. Es muy fácil de hacer, es rendidora, es barata, puede ser vegana y sin TACC. La podés hacer casi que de lo que quieras. La sopa es todo, la sopa es amor.
Lo más importante ya lo sabés: tener un buen caldo, una buena base de sabor. Lo mejor es seguir la receta del caldito de Paulina Cocina. Una vez que lo tenés, hacé la sopa, el guiso, el risoto que quieras.
La técnica básica de las sopas es muy sencilla y es la misma para todas:
En una olla -es mejor que sea de fondo grueso, sino, prestale mucha atención al fuego o ponele una tostadora de las comunes abajo-, poné un poco de aceite de oliva, una cebolla común cortada en cuartos, un diente de ajo aplastado y la verdura principal. Esto lo salteás hasta que se dora (es mejor no poner sal si queremos este efecto, si queremos que se ablande, sí, hay que usar sal) y agregás las especias que quieras. Es importante que las especias tomen calor, se abran y se mezclen los sabores. Después, va una cucharada de caldo y agua hasta cubrir. Tapá la olla y dejalo hervir un rato. Cuando todo está blandito, evaluá si tiene demasiado líquido o está bien. La lógica indica que cuanto más hierva más sabor va a tener, pero menos color y menos propiedades. elegir es renunciar. Si queda demasiado líquida podés hacer dos cosas: 1) agregar una papa pequeña (ni se te ocurra pelarla, eh) cortada en cubitos y dejar que se cocine con el resto; 2) subir al máximo el fuego y revolver hasta que se evapore lo suficiente. Con la papa queda más cremosa, evaporando el líquido es más liviana. Una vez que ya están cocidas las verduras y todo eso, apagá el fuego y dejá que se enfríe un poco, ahora la apodés mixear o licuar hasta obtener la textura deseada. En general, sirvo la sopas con un poco de pimienta molida, aceite de oliva y algo crocante. Es el momento de usar queso crema y/o rallado o el que quieras o leche de coco, bueno, fijate, depende mucho de cuál sea la verdura principal.
Vamos a lo divertido, combinaciones posibles:
- Ya es clásica a esta altura, pero por algo lo es: calabaza + curry + jengibre. es la trifecta de la vida. La podés hacer picante y terminar con un chorrito de leche de coco y cilantro o perejil.
- Arvejas + eneldo o menta. Es exótica, sí, pero para probar está buena. Esta necesita papa y, quizá puerro, sobre todo si le vas a poner eneldo. Bueno, y hacela con manteca en vez de oliva. Para servirla, nada, pimienta blanca recién molida, unas escamitas de sal marina, una tostada.
- Esta no necesita nada más que brócoli. Es hermosa: le ponés un poquito de oliva crudo y pimienta arriba y te morís de amor. Posta, ajo, cebolla, brócoli, caldo y agua. Qué se yo, si estás dulce le ponés unos hongos salteados arriba, pero honestamente no hace falta.
- Esta como una variación de la anterior pero que queda bien bien verde: (si les cabe el detox, es esta): espinaca + champiñones + un chorrito de crema (puede ser de coco, pero queda demasiado dulce, me parece) y pimienta blanca o nuez moscada. Podés usar verdeo, claro, ponerle un poco de jengibre si querés, todo lo que sea bien terroso. Eso sí, se hierve solo hasta que la papa está para hacer puré, sino pierde mucho color. Los champis lo podés saltear en una sartén y poner por arriba, o usar hongos secos hidratados en vino blanco o té y los agregás a la sopa justo antes de poner el agua. Si la espinaca está cruda, cortala un poco, vas a usar un atado mínimo, vas a ver que se achica hasta quedar como 1/4 de lo que era. Es ideal para meter toda esa espinaca que viene en el bolsón de verduras que ya no sabés qué hacer.
- Borscht, amor mío, princesa rusa, casémonos. Esta lleva remolacha + un chorrito de crema y se puede servir fría o caliente. Queda fucsia que te morís de amor. Hay que hervirla mucho, mucho y cuando pensás que está, le falta todavía un rato. Recomiendo mucho ponerle zanahoria también, para que quede más dulzona. Si les cabe el picante pueden mezclar la crema con wasabi (!).
- La sopa hipster de ocho euros: sí, palta, sí, vamos a cocinar palta porque para algo somos milenials, para algo fuimos hipsters y para algo estamos haciendo mierda los cultivos de toda sudamérica con tal de tener paltitas haas todo el año en la góndola. Se usa la misma base, pero recomiendo ser muy sutil con las especias y el calor. Se cocina casi nada la palta, unos minutos como para que tome temperatura. Si justo te dieron un par que estaba demasiado verde, es una buena opción. Se puede servir fría también. Para terminar: cilantro, un ajicito picante cortado en rodajas, unas gotas de limón y ya. No le pongas crema, por favor, sino una nutricionista va a morir.
- Si vivís en una zona muy fría o flasheaste Antártida en Tucumán, hacé sopa de batata. Esta sí necesita una buena base de cebolla, ajo, zanahoria, una buena cantidad de pimienta y sal. Hervila un rato largo, no le va a pasar nada, el color no cambia mucho. Para servir, perejil. Si además de nieve, flasheás NYC, tirale un cacho cheddar, pero honestamente creo que es un exceso.
- Esta es una sopa muy muy tradicional francesa, aparece en todas las novelas de Cortázar y deberíamos dejar de comerla solo por eso, pero qué delicia: viyisuás (es en francés, no se cómo se escribe y voy a ser una tuitera promedio y no voy a googlear): solo necesita papa+puerro. Condimentála poco pero bien, un poquito de pimienta blanca, nuez moscada, sal, eneldo, no mucho más. Es amor puro del bueno y para siempre. Podés reemplazar la papa por coliflor, juro que queda exquisita y cremosa (para eso tenés que usar el tallo, además de los arbolitos).
- Otra receta francesa: soup a l’oignon, ah pero qué fino que parece. Esta no es crema, no lleva papa. Pero hay que hacerla porque es un fuego y es una oda al mayo francés (?): la misma olla, manteca, cuando se avellana (se pone marrón y huele a avellana pero no se llega a quemar, ojo) le tirás BOCHA de cebolla cortada en pluma, le ponés un poquito de sal y de azúcar. Cuando se dora bien dorada, le ponés unos dientes de ajo y pimienta negra. Antes de tirarle el agua, le echás un vaso de vino blanco para levantar el fondo de cocción, esperás a que se evapore el alcohol y ahí sí, ponés agua, bastante. hierve un poco, te sentís en París, te ponés a pensar en el precio de los pasajes y antes de que te llegues a deprimir ya está lista. La servís con una tostada a la que le pasaste un poco de ajo encima y aceite de oliva. Tomala con el mismo vino y amigxs.
- La sopa del verano, el gazpacho andalúz. Quizá lo recuerden de Mujeres al borde de un ataque de nervios, la peli de Almodóvar o del capítulo en el que Lisa se hace vegetariana. Es fácil, riquísima y muy refrescante. En una licuadora ponés tres tomates de temporada (ni se te ocurra hacerla en invierno, te pido por favor), medio pepino, dos dientes de ajo, un poco de morrón rojo o amarillo, sal, pimienta, jugo de medio limón y pan viejito cortado. Lo licuás todo y le metés hielo y volvés a licuar. Dios santo, necesito que sea verano ya. Podés ponerle apio en vez de pepino, sandía en vez de tomate, usar solo pepino, no se, es riquísima, hacela ya mismo.